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Gabriela señala el lugar donde vivía, que ahora está en ruinas. Ella y sus familiares arrendaban el departamento del segundo piso.René Fraga

¡Se les derrumbó la vida luego de la explosión en Cumbayá!

En Quito. la familia que resultó más afectada por este hecho duerme, por el momento, en un departamento cercano. Un joven está en estado crítico.

Utilizan un plástico para evitar que los ladrones ingresen a la propiedad a robarse lo poco que les queda...

Los muebles, las ollas y artefactos que lograron salvar permanecen en el patio. Gabriela Castelo, su esposo Juan Carlos Calderón y sus dos hijas duermen temporalmente en un departamento de al lado. Mientras tanto, Hairo Calderón, su cuñado, permanece en el hospital, en estado crítico, recuperándose de sus heridas.

Ellos vivían en el piso de arriba del restaurante donde la fuga de gas de un tanque provocó una explosión. El hecho ocurrió el 10 de octubre en Cumbayá, Valle de Quito, pero la familia todavía no lo supera.

Gabriela tiembla y su voz se corta cuando recuerda lo que pasó. Diez minutos antes del estallido, ella y sus hijas salieron porque se iban de paseo. En la casa se quedaron su pareja y su cuñado.

Las tres mujeres estaban a dos cuadras del domicilio cuando escucharon el estallido. Al regresar solo vieron una nube gigante de humo y polvo. No se podía pasar y la angustia de ellas crecía.

En el interior todo era un caos. Juan Carlos intentaba salvar la vida de su hermano cargando su cuerpo inconsciente entre los escombros y llevándolo a un lugar seguro antes de que todo colapsara.

Mientras lo sacaba, Hairo reaccionó un poco y vio que debajo de algunos pedazos de piedra yacía muerto su gatito. Intentó moverse hacia donde este, pero su hermano mayor lo sacó del lugar.

Juan Carlos recoge lo poco que lograron salvar y lo acomoda en el sitio temporal donde están durmiendo.René Fraga

Cuando estaban en el patio, libres del peligro, Juan Carlos se dio cuenta de la magnitud de la explosión. El lugar donde vivía quedó ‘hecho pedazos’. Además, el hombre, de 30 años, se fijó que tenía varias cortaduras en sus pies y brazos provocados por los vidrios que se desprendieron de la ventana de su dormitorio.

Sin embargo, su ñaño menor estaba peor. Tenía una herida en la parte izquierda del cráneo y varios moretones en el cuerpo. El joven, de 27 años, fue estabilizado en el lugar y luego lo trasladaron a un hospital.

NECESITA AYUDA

Hairo fue intervenido quirúrgicamente porque su vida peligraba. Tenía coágulos de sangre en el interior de su cabeza y los médicos le abrieron el cráneo para extraerlos. Este procedimiento fue peligroso, pero sobrevivió.

El afectado debe ser intervenido otra vez y le podrán dar el alta el próximo martes. Los familiares también tienen miedo que se contagie de coronavirus porque permanece en una zona cerca de pacientes que se recuperan de esta enfermedad.

20 puntos le suturaron al joven en su cabeza.

Ellos están preocupados porque Hairo sigue débil y en ocasiones tiene lagunas mentales. Gabriela contó que no reconoce a sus parientes cuando lo van a visitar. “Nos reclama que por qué lo dejamos ahí”. Por si fuera poco, el joven tiene problemas de visión y debe utilizar lentes; sin embargo, luego de la explosión no lo ha hecho y esto le provoca dolores de cabeza.

La familia ha recibido ayuda de los moradores más cercanos, pero necesitan más dinero para pagar las terapias de lenguaje y motrices que deberá seguir Hairo para que recupere su condición de salud.

Hairo se recupera de sus heridas en un centro hospitalario de la capital.René Fraga

MÁS DEL CASO

Chef

El herido es cocinero y con su hermano suelen preparar varios platos típicos del país. 

Mal vecino

Gabriela contó que el dueño del restaurante donde ocurrió la explosión es libanés.

Reparación

Una de las paredes de la casa de al lado debe ser destruida porque quedó débil y causa peligro.

Las personas que quieran colaborar con esta causa pueden contactarse al: 098-002-4242