Exclusivo
Actualidad

La capital de Sucumbíos está en la mira de narcos colombianos.GUSTAVO GUAMÁN

Lago Agrio en manos de los narcos

Según la policía, grupos criminales de Colombia pretenden tomarse la ciudad para dominar el paso de la droga. Los asesinatos son por disputas de territorio y no por la denominada ‘limpieza social’.

El ambiente nocturno de Lago Agrio se trastocó con la reciente llegada de la violencia. Sus calles rebosaban de personas que aprovechaban la noche para pasear y refrescarse en su brisa. Ahora lucen vacías casi en su totalidad.

La gente teme salir desde las 20:00 en adelante en la capital de Sucumbíos. Su miedo está en toparse con los sicarios que han asesinado antes de la medianoche. Se creía que era por una supuesta ‘limpieza social’, pero la policía reveló que todo tiene que ver con el narcotráfico.

Son las 21:00. El parque central de la urbe ya no es visitado por los habitantes que jugaban fútbol, trotaban, caminaban o simplemente se sentaban en una de las decenas de bancas. Eso ha hecho que Benni Velásquez ya no venda las pizzas que ofrece en un coche.

Es venezolano y hace seis meses llegó a Lago Agrio para buscar un mejor porvenir para él, su hija y esposa. “Me iba muy bien. Entre más vendía, más era el porcentaje que me daba el dueño de este negocio, pero ahora, todo cambió”.

Velásquez recorría la ciudad hasta la medianoche. Ahora lo hace hasta máximo las 22:00. Prefiere irse temprano, a ser una víctima más de la ola criminal cuya última llegada dejó a cinco asesinados en el barrio Estrella del Oriente y Esmeraldas Libre.

Las muertes violentas han cambiado la dinámica nocturna de los ciudadanos.GUSTAVO GUAMÁN

"Ahora ya no puedo vender con tranquilidad. Siempre estoy caminando con miedo y volteando a ver para que no me pase nada”, Benni Velásquez

Disputa de territorio

Cerca de Velásquez estaban dos taxistas que, contrario al pizzero, deben quedarse hasta la madrugada. “Aunque tengamos miedo, tenemos que buscar el sustento diario. Sí se ha escuchado que matarán a las personas que vean a las diez de la noche. Pero no nos queda más”, contó uno de ellos sin revelar su nombre.

El conductor recordó aquel fatídico 23 de enero en ambos barrios de Lago Agrio. Él llevaba a un pasajero cuando le llamaron a decir que tuviera cuidado porque una nueva masacre ocurrió.

Este taxista escuchó -como en gran parte de la urbe- que esto era porque había una lista con nombres de quienes debían morir. Pero Washington Samaniego, comandante saliente de la Subzona Sucumbíos, explicó que los recientes cinco baleados supuestamente estaban ligados al tráfico interno de estupefacientes. “Una de las víctimas, que hasta ahora no ha sido identificada, portaba consigo 10 sobres de cocaína”.

"Se supone que la subzona Sucumbíos tiene una prioridad en seguridad, pero no hay el personal suficiente disponible”, Washington Samaniego 

Acotó que hay grupos narcos de Colombia que quieren tomarse Lago Agrio. “Lo que pretenden estas personas es convertir a la provincia en un puerto de paso de estupefacientes para llevarlos hasta zonas costeras como Guayaquil, por ejemplo”.

El oficial dijo que el objetivo es apoderarse de este punto fronterizo y por eso están matando a sus ‘competidores’.

Aunque aseguró que en Sucumbíos todavía no se ha oído de la presencia de grupos narcocriminales como Los Choneros, Los Lobos u otra banda que tiene su poderío en la Costa.

Además, los sicarios que actuaron en los dos sectores serían los mismos que mataron a ocho hombres en cinco puntos de Lago Agrio, el pasado 16 de enero. La deducción fue porque en ambos tiroteos los criminales utilizaron fusiles calibre 5,56. “Las vainas de este tipo de balas fueron encontradas en todas estas escenas”, enfatizó.

Sicarios entrenados

Samaniego detalló que el armamento que están usando los asesinos también demuestra el nivel de preparación que tienen. “Estas personas tienen mucho conocimiento táctico y técnico. Todo ello en el manejo de armas largas (fusiles). Así como en el nivel de operación, es decir, en cómo actúan”.

Para hacerlo, el comandante indicó que los criminales están haciendo un trabajo de inteligencia previo de sus víctimas con el fin de actuar de manera simultánea y en el menor tiempo posible. Después de esto, ellos se van para Colombia desde donde cruzan para cometer los sicariatos selectivos.

“No se descarta incluso la posibilidad de que sean personas que estén en grupos armados conformados por disidencias de la guerrilla”, según el oficial.

Falta de personal

No hay personal policial suficiente para combatir a la delincuencia.GUSTAVO GUAMÁN

Ante esta dura realidad, los lagoagrenses han pedido que se intensifique el patrullaje policial para retomar, al menos, su antigua vida tranquila y de largos paseos nocturnos. Sin embargo, será una tarea complicada porque no hay personal suficiente.

El comandante saliente apostilló que en la provincia faltan 224 policías para optimizar el trabajo. El déficit empezó en 2021, luego de que los gendarmes fueran enviados a otros puntos para reforzar la seguridad.

“Enviamos oficios a nuestros superiores para que retornaran los compañeros que fueron sacados de la subzona”. Incluso, se indicó que la seguridad se aumentaría con la llegada de 11 oficiales y 50 policías luego de la primera matanza, pero tampoco se ha cumplido.

También hay falencias en equipamiento, según el oficial. “Tenemos chalecos antibalas solamente para soportar calibres de hasta 9 milímetros. Pero no para las balas que ellos usan que son de fusil. Nuestra capacidad de respuesta va a ser mínima frente al armamento que los sicarios poseen”.

Y hasta que el clamor por refuerzos sea escuchado, personas como Velásquez, los taxistas, los comerciantes y demás ciudadanos de Lago Agrio deberán lidiar con los asesinatos que, al parecer, llegaron para quedarse.