Luego de casi ocho meses del atroz hecho que cometió la ecuatoriana Kristel Candelario de abandonar a una de sus dos hijas, Jailyn, de tan solo 16 meses de nacida, en su casa, un juez de Estados Unidos decretó la suerte judicial de la mujer. La autopsia a la bebé mostró que las causas de su muerte fueron por falta de alimentos y deshidratación severa: pasó más de 10 días completamente sola.

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“El tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido”, es el mensaje con el que la hoy condenada a cadena perpetua acompañó una fotografía que publicó en Facebook y en la que se le ve disfrutando de una playa un día después de salir de viaje y dejar sola a su hija.

Medios estadounidenses han informado que Kristel se fue de viaje por Detroit, Michigan y Puerto Rico antes de regresar, el 16 de junio de 2023, a la vivienda en la que habría dejado sin compañía a Jailyn. La foto en la playa fue publicada el 9 de junio del mismo año, es decir, un día después de salir de viaje, según le reconoció la propia mujer a las autoridades.

La muerte de la niña se dio a conocer por una llamada que alertó a la policía local sobre "un bebé muerto", en una residencia en el bloque 3100, quien emitió la llamada fue Candelario detallando que encontró a su bebé "inconsciente".

Retomando el caso, en febrero de 2024, Candelario se declaró formalmente culpable de un cargo de asesinato agravado y un cargo de poner en peligro la vida de un niño en la atroz muerte de su hija.

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El pasado lunes 18 de marzo, el juez Brendan J. Sheehan del Tribunal de Apelaciones Comunes del Condado de Cuyahoga dictaminó que Kristel Candelario deberá cumplir cadena perpetua sin opción a libertad condicional debido al fallecimiento en 2023 de la joven Jailyn Candelario.

"Así como tú no dejaste a Jailyn irse de su confinamiento hasta morir, igualmente, tu tienes que pasar el resto de tu vida en una cárcel sin libertad", dijo el juez. En la audiencia también asistió la Doctora Elizabeth Mooney, patóloga forense, médico forense y rindió su testimonio, describió la muerte de la menor como uno de los “casos más trágicos y desafortunados” de su carrera.

Mooney detalló a medios locales que cuando llevaron a Jailyn a la oficina del forense, tenía un peso de tan solo 13 libras, lo que significaba que había perdido aproximadamente 7 libras desde su cita anterior con el medico en menos de dos meses.

“Tenía los ojos hundidos y tenía atrofia temporal en la cara”, acotó Mooney. También se percató que tenía  restos de heces en las manos, los pies y la boca, y pegada a los dientes, lo que indicó que la niña ingirió sus propios desechos.

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