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Kiko, el 'jefe de seguridad' de cuatro patas en Agua de Quito
Fue rescatado en agosto por un operador de la institución. Desde entonces forma parte del equipo y los funcionarios hasta le compran la comidita.
Jefe canino de seguridad. Ese es el cargo que ahora ostenta un ‘peludito’ en la Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento (Epmaps).
Con pelaje moteado y no más de 15 centímetros de alto, el cachorrito fue rescatado en agosto pasado por Luis Sánchez, operador de la planta de tratamiento de aguas residuales de Quitumbe, cuando deambulaba solito en la parroquia de Puengasí. Desde entonces se sumó a la ‘familia’ de Agua de Quito y ya hasta lo bautizaron. Se llama Federico.
En solo dos meses, Kiko, como le dicen de cariño, parece haber pasado la prueba… pues desde el Municipio de Quito ya afirman que es un nuevo integrante de seguridad. Y sus motitas negras, como si fuera un camuflaje, ayudan para que sea parte de quienes vigilan la institución.
Sánchez no dudo ni un minuto en rescatarlo. Lo conmovió la situación que el mundo atraviesa por la pandemia y, con esta, la gran cantidad de mascotas abandonadas. Federico corrió con suerte. De no ser por el operador hubiese terminado en una quebrada, con hambre, frío… y al borde de la muerte. No pasó. Y por ahora, en su nuevo hogar, parece estar más feliz que nunca.
Dicen en el Municipio que Kiko cubre el puesto de Popis, otra perrita que hacía su ‘trabajo’ y murió cuando tenía dos años hace unas semanas atrás.
Con la emoción de tener un cachorrito en la institución, todos los funcionarios han colaborado para comprar su comida. También para que reciba atención veterinaria, pues debía recibir algunas vacunas.
En #AguaDeQuito le damos la bienvenida a un colaborador muy especial en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Quitumbe. Salvar un 🐶, es salvar una vida.👉https://t.co/zeOsKQNUsy pic.twitter.com/jZDYmOmqir
— EPMAPS (@aguadequito) September 21, 2020
Listo para el ‘camello’, el perrito cumple con jornadas ‘laborales’. Acompaña al personal en los recorridos por toda la planta. A su paso va llenando de “buena energía” a los funcionarios, sobre todo en esta época de emergencia sanitaria. Ha despertado el cariño de muchos. Y en tan poquito tiempo ya lo quieren bastante.
Y cuando todos se van a sus casas, Kiko no se queda solito. El guardia que realizará el turno de la noche lo acompaña. O se acompañan.