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Andrew Eduardo Castro, de 41 años, diseñó el juego sobre la base de experiencias de muchos migrantes de su país, Venezuela.Vicente Tagle

¡Un juego enseña el drama de la migración ilegal!

Se basa en las experiencias de personas y familias enteras que debieron salir del vecino país, pasando fronteras a pie y atravesando riesgos.

Usted decide cómo se va: paga por su visa y sale tranquilo, o migra sin visa y se expone a decenas de riesgos en el camino. Un viaje peligroso, pero que, en esta ocasión, puede resultar entretenido y hasta educativo.

El escenario es toda Latinoamérica, plasmada en una lona de 80 x 80 cm. A lo largo del trayecto, el viajero encontrará una serie de riesgos que debe superar, tal como lo han hecho los miles de migrantes venezolanos que han salido los últimos años huyendo de la crisis económica de su país.

Hay puntos fronterizos que pasar (sin visa es más ‘jodido’), ladrones, expropiaciones, contrabando, la toma de decisiones vitales para seguir o no, el envío de remesas y hasta poder quedarse fuera por el COVID.

Se trata de ‘Migrando’, un juego de mesa creado por el venezolano Andrew Eduardo Castro, de 41 años, que se basa en la experiencia -a través del diálogo- obtenida de decenas de personas y familias con sus pequeños hijos que debieron caminar miles y miles de kilómetros para llegar y asentarse a otros países.

Como lo vivieron otros

Asentado en Ecuador hace casi 6 años, Andrew es un ingeniero electrónico que se vino para pasar más tiempo con su hijo (Andrew Dilan, de 11 años), fruto de su relación con una ecuatoriana con quien vivió en Caracas, Venezuela.

“Llegué mucho antes de que estallara la crisis en mi país. Y he visto cómo muchos compatriotas han venido a Ecuador o pasado por aquí para llegar a otros países en busca de mejores días”, cuenta, al resaltar que, son esas experiencias, las que trasladan al juego.

“Tal como le ocurrió a miles de personas que han salido de Venezuela u otra naciones”, asegura Andrew.

El juego es adaptable a la diversidad de problemas que enfrenta un migrante ilegal.Vicente Tagle

Lleva a la reflexión

Cristina Zuniaga, una de las cinco personas con las que él probó el juego por primera vez, resalta que “fue bastante divertido, muy educativo, porque aborda los temas más relevantes al momento de migrar, como visas, pago de hotel, empleo, etc”.

Precisamente ella fue la única que escogió viajar sin visa. “Se me ocurrió salir así para mirar cómo evolucionaba el juego, pero fue bien aleccionador porque al no tener visa no avancé alrededor del tablero como hubiese deseado”, explica la joven, quien tiene 6 años en Ecuador y trabaja como asistente administrativa.

Para Ronald Borges, coordinador del refugio ‘Un techo para el camino’ y quien fue otro de los que ya probó el juego, “es excelente y, además, oportuno para generar espacios de reflexión que nos permitan pensar sobre la migración responsable, sensibilizarse sobre las condiciones de movilidad desde la realidad y lo que se experimenta en el tránsito de las personas hacia un destino”.