Juan Sebastián Barro Uyaguari, de 19 años, no olvida la noche del pasado viernes 3 de junio, día en el que aprovechó el receso de su clase virtual para ir a ‘tanquear’ su moto. Solo pasaron 15 minutos y el joven fue embestido por un carro que lo mandó ‘chispeado’.

Salía de su domicilio ubicado en Barrio Lindo, la calle 12 y Cristóbal Colón, suroeste de Guayaquil. Iba hasta la gasolinera de la avenida Portete.

“Me desplazaba por Guerrero Martínez y Domingo Savio, iba pasando la calle cuando un automóvil me impactó; el conductor se dio a la fuga y me quedé en la esquina. Gracias a Dios la gente me ayudó y pude llamar a mi hermano para contarle lo sucedido”, manifiesta el guayaquileño.

Su madre, Marisela Uyaguari, ahora habla del accidente sin llorar. “Cuando me enteré no quise verlo y saber de la amputación de su pierna izquierda me entristeció mucho, porque él es un chico muy independiente y trabajador”, revela la progenitora.

Quien no paraba de llorar por el acontecimiento era Franklin Andrés, de 22 años, su ñaño mayor, quien incluso llegó a sentirse culpable.

“Siempre han sido muy unidos, él lloraba y decía: ¡Por qué no fui yo a ponerle gasolina! Si hubiera ido, no hubiera pasado eso, tengo más experiencia”, precisa Marisela.

Terapia familiar

Juan Sebastián ha pasado por terapia psicológica y su familia también, para así poder afrontar la nueva realidad.

Él la asume con una valentía que inspira, pero reconoce que lo que más le duele es no aportar en su casa, pues él estudiaba y trabajaba al mismo tiempo. Con su ‘camello’ pagaba los estudios de su carrera, tecnología automotriz (mecánica).

Pero dentro de las malas noticias apareció una bendición: debido a sus notas, consiguió la totalidad de su beca, algo que lo estimula a seguir.

Su pierna ortopédica

Sin embargo, tiene un sueño, conseguir una prótesis, pero esta cuesta nada menos que 13.500 dólares. “Hemos consultado a cuatro expertos y los valores van por ese precio. No queremos comprar una barata que después toque cambiar las piezas. Preferible una buena que le dure mucho tiempo. Tiene que ser una pierna ortopédica para su edad y estilo de vida, él es muy activo, quiere estudiar y trabajar al mismo tiempo”, indica Marisela.

Bingos y ‘vaca’ familiar

Para reunir fondos han realizado bingos y rifas y las han difundido en sus redes sociales, comenta la madre, quien también asegura que la ‘family’ hará la ‘vaca’ para reunir el dinero deseado, pero saben que el monto es muy alto, por eso piden ayuda.

Pese a todo lo vivido, Juan Sebastián no reniega ni le ha reclamado a Dios, es más le agradece, pues dice que él no fue parte de las estadísticas de muertos en siniestros viales en la ciudad y que ninguna otra parte de su cuerpo resultó afectada.

Aunque reconoce que extraña jugar fútbol y andar en bicicleta. Sin embargo, sabe que su vida puede ser testimonio para otros, solo desea su prótesis para alcanzar su sueño: tener su taller mecánico y seguir ayudando a su familia.