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El joven estuvo parado en el borde de la terraza por varios minutos.Captura de video

¡Intentó volar al más allá desde un quinto piso de edificio del sur de Quito!

Todavía no se conocen las razones por las que un joven intentó tomar esta fatal decisión. Varias personas lo agarraron para evitar el salto mortal

Por Byron Castillo

24 de agosto, 2020

Un hombre estuvo a punto de suicidarse la tarde de este lunes, 24 de agosto, luego de que se subiera al filo de la terraza de un edificio de cinco pisos ubicado en el sector de La Gatazo, en el sur de la capital.

Varios vídeos que circulan en redes sociales registraron parte del momento en el que el joven intentó concretar la fatal decisión y cuando habla con las personas que al final lo salvaron.

En la primera secuencia se puede ver que un joven, vestido con un jean y una camisa blanca, está parado en el borde de la terraza, de espaldas a la calle. Al mismo tiempo, los transeúntes miran aterrados hacia arriba y le suplican que no lo se lance.

.#URGENTE sucedió en #Quito este intento de #suicidio Mariscal Sucre y Tabiazo.
Los efectos de esta Crisis que vive el #Ecuador entero. @PoliciaEcuador @FinanzasEc @CIDH pic.twitter.com/uFpT9x6gb3
— Holguer Guerrero EC (@HolguerEC) August 24, 2020

Momentos de terror

En una filmación se ve que el hombre habla por pocos segundos con personas que se encuentran cerca de él, sin embargo, luego de un tiempo se da la vuelta con intención de lanzarse al vacío. En ese momento, las personas gritaron horrorizadas por lo que veían y pensaron lo peor.

Unos segundos más tarde se puede apreciar en la secuencia que una persona lo agarró de los pies para impedir que se lanzara. A pesar de eso, el joven quiso zafarse y tirarse desde esa altura pero otro grupo de personas también agarró.

En otro audiovisual filmado luego del rescate se observa al afectado siendo consolado por varios moradores y testigos del hecho, en la avenida Mariscal Sucre. También hay dos policías que intentan tranquilizarlo y le recomiendan ir donde un especialista para ser atendido psicológicamente.

El joven lo único que gritaba era: “¡Mi hijo, por qué no me creen. Mi hijo!