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El exvicepresidente obtuvo una medida cautelar de un juez de Santo Domingo.rené fraga

Jorge Glas salió de la cárcel 4 de Quito

El exvicepresidente obtuvo una medida cautelar de un juez de Santo Domingo. No ha pagado una multa de 8,2 millones por los perjuicios al Estado tras haber cobrado coimas

Esta vez no se mostró como el hombre juvenil y lleno vigor, que usa gafas de sol y piercing en la oreja, esta vez Jorge Glas salió de la cárcel N° 4 de Quito mostrándose aquejado por sus problemas de salud, pues usaba un collarín. No cargó niños, como lo hizo en abril cuando, según él, estaba cojo y tenía una hernia discal. Esta vez salió de la cárcel pasadas las 18:30 y se dirigió a un vehículo que lo llevaría a Guayaquil.

La excarcelación del exvicepresidente, sentenciado por corrupción, comenzó a tramitarse desde la mañana de este 28 de octubre de 2022. El juez Emerson Geovanny Curipallo Ulloa, de la Unidad de Garantías Penales de Santo Domingo, le firmó la boleta de libertad. Se trata del mismo juez que en septiembre pasado dejó en libertad a alias Cuyuyui y alias Madrid, quienes ya tenían sentencias ejecutoriadas por asesinado y narcotráfico. De hecho, Cuyuyui estuvo involucrado en la matanza de 80 presos de Guayaquil, Cuenca y Cotopaxi.

 Este juez entregó a Glas una medida cautelar, que estará vigente mientras otro juez de garantías penitenciarias resuelve su pedido de prelibertad y unificación de penas. Para lograr la medida cautelar, la defensa de Glas alegó que el Servicio de Atención a Personas Privadas de la Libertad no ha tramitado su expediente, en donde se hace conocer al juez si Glas cumple con los requisitos de la prelibertad.

Este es un beneficio penitenciario que Glas dice tener derecho luego de que ha cumplido cinco años de cárcel. El exfuncionario correísta está sentenciado a seis años por asociación ilícita y ocho años de reclusión por cohecho.

El SNAI, por su parte, señaló esta noche que no ha dado trámite a pedido de unificación de penas porque todavía no ha sido notificado por la Corte Nacional de la nulidad del caso Singue, pues para recibir un beneficio penitenciario se necesita que las sentencias estén ejecutoriadas. En el caso de Glas, sus penas por los casos Odebrecht y Sobornos ya están ejecutadas.

Unas 100 personas recibieron al exfuncionario en la salida y arengaron a favor de su inocencia, que según la justicia no existe, pues una veintena de jueces han coincidido en que cobró sobornos de las empresas constructoras, quienes recibieron megaobras en los sectores estratégicos. Glas sale de la cárcel, por segunda vez, sin haber pagado las multas por 8,2 millones de dólares que adeuda al Estado por el perjuicio causado.