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Los comuneros quieren captar la atención de los turistas con letreros y parasoles.cortesía

'Jama' marina en carretera: nueva estrategia de los comuneros de Libertador Bolívar

Ante la escasa presencia de turistas, los habitantes de este balneario han convertido una parte de la Ruta del Spondylus en un ‘patio de comidas’ criollo

Con restos de bambú y unas cuantas tablas, Stalin Panchana logró construir una carreta con la que ha podido trabajar y enfrentar la crisis económica que atraviesa él y en general todos los habitantes de la Ruta del Spondylus.

Ubicarse al pie de la carretera en la mencionada vía turística ha sido la alternativa tomada por la gente de la comuna Libertador Bolívar para llegar a los turistas, que pasan en dirección a balnearios como Montañita, Olón y otras localidades al norte de la provincia de Santa Elena.

Por lo general, estos puestos y carretas ofrecen a los comensales una diversidad de productos frescos del mar, tales como pulpo, camarón, concha, pescado, calamar, etcétera. Ya sea en ceviches, arroces y demás platos marinos. Aunque también hay secos y más opciones para los que deseen otros sabores.

Quienes cuentan con los medios han podido colocar en sus puestos sillas y mesas para comodidad de los comensales.cortesía

La medida fue tomada debido a la restricción de trabajo en los negocios dentro de Montañita y demás pueblos. Los comerciantes hicieron una solicitud a las autoridades comunales para poder comercializar sus productos en la carretera, ante la falta de visitantes. Así se improvisó un ‘patio de comidas’ criolla.

Brisas de esperanza

Salir a las calles fue una buena opción porque no tenía otra fuente de trabajo. Sí nos afectó mucho que los negocios estuvieran varios meses cerrados, no teníamos cómo alimentar a los nuestros. Por eso decidí reiniciarme vendiendo mis ceviches de esta manera”, menciona Panchana.

“Al momento estoy vendiendo entre 8 a 10 platos diarios, con eso ya puedo sustentar al menos la alimentación de la familia”, manifiesta el comunero.

Prudencio de la Cruz es uno de los siete cevicheros y vendedores de encebollado. Él trabajó en un restaurante de Montañita y asimismo decidió reubicarse en su pueblo, junto a la carretera, sin comodidades y con menos clientes, pero con la esperanza de reunir para la comida.

Milton Córdova, servidor turístico y propietario de la cabaña ‘El periquito’, es otro afectado por la crisis económica generada por la pandemia del coronavirus. Él es el encargado de refrescar a los visitantes, pues en su negocio vende jugos y víveres.

Los triciclos de ceviches también es otra opción y con ellos toca comer al ‘vuelo’.cortesía

Los comerciantes gastronómicos no se ven como competencia, al contrario, saben que son compañeros y que cada uno lucha por la economía de sus hogares.

Otro ingreso

Los habitantes de Libertador Bolívar también son productores artesanales, ellos fabrican muebles, sillas, mesas y lámparas de bambú.

Durante el tiempo de pandemia se dedicaron a producir estos mobiliarios, los cuales exhiben en los exteriores de sus residencias para ver si logran captar a un posible comprador. 

"Es muy probable que a los compañeros vendedores los reubiquen a futuro. Tal vez sea en la zona del malecón”.Luis Coronado, comunero