Brayan Rodríguez Alcalá pasó de ser el huésped de un edificio aniñado, del norte de Quito, al reo del Centro de Privación Provisional de Libertad (CPPL) de El Inca. Él fue detenido en la capital, el lunes, porque sería parte del Cártel de Sinaloa mexicano.

El presidente de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) dispuso su traslado a esa prisión. Para Itania Villareal, exdirectora de Rehabilitación Social y del expenal García Moreno, sí es preocupante que se haya enviado a Rodríguez, de 23 años, al CPPL, porque aquel lugar presenta un cierto nivel de vulnerabilidad, tomando en cuenta la situación que atraviesan las cárceles del país.

Pero comprende el motivo por el que se lo hizo. “El procesado todavía es considerado como un privado de libertad preventivo. Es decir, que su permanencia es transitoria”.

Aunque agrega que debió analizarse, desde la Corte, que no se trata de un delito menor, sino de alguien que pertenece a un cártel peligroso. Por eso, Villareal considera que el mexicano debió ser enviado a un centro más grande.

Ahora, según la exfuncionaria, es vital que se realice un trabajo de Inteligencia y Contrainteligencia para mandar un informe de riesgo al Servicio Nacional de Atención a Privados de Libertad (SNAI). Solo así se determinará el nivel de peligrosidad al que se expone tanto este reo como los demás privados de libertad.

Nivel de importancia

La Corte dio un plazo de 40 días a las autoridades de Estados Unidos para que hicieran los trámites de extradición de Rodríguez. Allá, el mexicano es solicitado por narcotráfico y lavado de activos, y era buscado desde el 19 de octubre. En Quito, las boletas para su captura se hicieron efectivas el 25 de noviembre y cuatro días después lo arrestaron.

Pero el proceso para extraditarlo podría durar más tiempo, lo que alargaría la permanencia del mexicano en Ecuador. “Todo dependerá del nivel de cooperación entre Ecuador y EE.UU. para apresurar esos trámites”, explica el general en servicio pasivo Carlos Alulema, exjefe de Antinarcóticos.

Según el exoficial, este tipo de detenciones no necesariamente son señal de un aumento en el nivel de inseguridad en el país. Esto porque no se conoce qué tipo de jerarquía tiene Rodríguez dentro del Cártel de Sinaloa.

“La reacción que tengan estas personas dependerá del nivel de importancia del detenido”. Por eso, no siempre se buscarán nuevos objetivos que no estén dentro de las bandas, como policías u otras autoridades de justicia que hayan intervenido en esta clase de detenciones, a menos que haya algún antecedente de carácter personal.