La ilusión que Roberto Oña Núñez tenía por ver crecer su negocio se esfumó con su vida, cuando cuatro delincuentes se la arrebataron por robarle un teléfono celular, en los exteriores del restaurante que abrió hace menos de tres meses en una peatonal de Sauces 6, en el norte de Guayaquil. La víctima, periodista deportivo con más de 30 años de experiencia en radio, quedó tendida en el piso y su muerte consternó no solo a sus familiares y amigos, sino a quienes se identificaban con él, como personas que buscan progresar, pero que son acechadas por la inseguridad.

María Monserrate, quien habita en un sector cercano, comentó que ella escucha de asaltos a diario. “Ya uno no puede andar en paz. Nadie puede estar tranquilo ni en la propia casa, porque vivimos en zozobra. No vemos que exista suficiente control de parte de la policía. La situación se le ha ido de las manos”, sostuvo la mujer.

El crimen del comunicador ocurrió a las 22:14 del pasado jueves y en menos de tres horas, a las 00:38 de ayer, otra persona fue baleada, a unos 800 metros, en los exteriores de un cangrejal de Sauces 9.

Esta vez el perjudicado fue el mexicano Jorge Luis Díaz Maldonado. El extranjero fue acribillado tras embarcarse en su vehículo, un Mazda rojo de placa GTC-7431.

De estas muertes, los investigadores de Delitos Contra la Vida (Dinased) no dieron detalles ni reportaron la detención de algún sospechoso.

Tampoco se informó si por el asesinato del guardia Ernesto Saavedra Plúas, ocurrido a las 07:30 del jueves en la avenida 25 de Julio, existían avances en la investigación, porque en ese caso los agentes contaban con videos del hecho y de la camioneta en la que se movilizaban los criminales.

Otro caso del que la policía también se negó a hablar fue el asalto a un odontólogo que fue herido a tiros por robarle su celular, a las 08:30 del jueves.

Esta situación ha generado que la ciudadanía sienta impaciencia, por la aparente falta de resultados.

El general César Zapata Correa, después de posesionarse como comandante zonal de la Policía, dijo en una entrevista que sus labores apuntarían a la inteligencia, con policías infiltrados para atacar a las organizaciones delictivas de una forma sorpresiva. Sin embargo, no detalló cuánto tiempo tomaría alcanzar este objetivo.

El miércoles anterior, en cambio, explicó que él actualmente se encarga de trabajar en la prevención de delitos, mientras que de la parte investigativa está a cargo el subcomandante general de Inteligencia, general Víctor Aráus.

Para Tannya Varela, jefa de Estado Mayor, ya se han realizado suficientes planificaciones para combatir el crimen en la urbe. Ella sostiene que es hora de operar con base en la información recabada. “Hoy, la seguridad de Guayaquil ha entrado en una etapa de crisis”, declaró la oficial la mañana de ayer.

Pocas horas después, a las 11:50, en la novena etapa de la ciudadela Alborada, en el norte, un hombre que acababa de retirar dinero de una entidad bancaria fue asaltado y herido de bala.

El hecho se suscitó a una cuadra de una Unidad de Policía Comunitaria (UPC), en una zona de alta concurrencia. Los delincuentes se habrían llevado cerca de 1.500 dólares.

El día anterior, aproximadamente a la misma hora, se registraron también otros dos hechos delictivos.

Uno ocurrió en la avenida Víctor Emilio Estrada, de Urdesa central, donde algunas personas fueron despojadas de sus pertenencias en un local de dulces y comidas rápidas. En ese evento no hubo heridos.

De ahí, en la calle Séptima de Lomas de Urdesa fue presuntamente secuestrado Heriberto Glas, hermano mayor del exvicepresidente Jorge Glas, quien actualmente cumple una condena por cohecho en Latacunga.

De este caso, la policía ha evitado referirse, por seguridad de la víctima, pero el hecho de que sucediera a plena luz del día, en un lugar residencial, ha aumentado la alarma de los porteños.

“Ahora hasta secuestran en Guayaquil. Estamos cada vez peor”, lamentó Juan Alcívar, quien labora en ese sector.

RESULTADOS INMEDIATOS

El general en servicio pasivo Abraham Correa, quien fue comandante en la urbe y también jefe de Inteligencia, aseguró en una entrevista que con los recursos que existen en la actualidad los resultados no deberían tardar.

“Deben ser inmediatos, ya que tienen acciones de inteligencia a diario, tienen todos los elementos y acciones para tener los resultados. Pero también hay que darse cuenta de que muchas veces no tienen ayuda de las autoridades. Los mismos uniformados deben de buscar cómo defenderse de delincuentes que los acusan de haberlos golpeado y tratado mal”, enfatizó el oficial retirado.