Exclusivo
Actualidad
Los informales retirados de la Bahía le hacen ‘fuchi’ a los galpones que les ofrecen en el norte
El Municipio de Guayaquil advierte que no permitirá aglomeraciones en la Bahía. Señala que en esta ocasión, no hay espacio para extranjeros allí
Los dos galpones que totalizan 6.000 metros cuadrados, y que están situados en la avenida Francisco de Orellana, cerca a Mucho Lote 1, en el norte de Guayaquil, quedaron ‘papelito’ para recibir a unos 350 comerciantes informales, quienes tendrán la oportunidad de ‘camellar’ allí hasta finales de diciembre de 2020.
La finalidad es evitar las aglomeraciones que ocasionan por estas fechas cientos de vendedores en las inmediaciones de la Bahía, siendo un motivo para los ‘pitos’, como los ocurridos la semana pasada, además de evitar nuevos contagios de COVID-19.
El Municipio de Guayaquil elaboró una lista de vendedores que recibirán el visto bueno; sin embargo, pocos son los interesados en permanecer en las instalaciones facilitadas por una empresa de productos naturales.
Más bien, vendedores que no han sido tomados en cuenta por el Cabildo buscaban la manera de ingresar a este lote del norte de Guayaquil.
Algunos prefieren las calles
José López es uno de los comerciantes que decidió no integrar la lista. Cree que recorriendo las calles logrará mayores ingresos, aunque está consciente que será más complicado, por los controles.
Xavier Narváez, director de Justicia y Vigilancia, revela que depuraron una lista conformada por cerca de 500 comerciantes. “Pero resulta que la mayoría insiste en quedarse en la calle y eso no lo vamos a permitir”, manifestó.
Solo nacionales
El funcionario señala que en la nómina solo están mercaderes nacionales. “No es xenofobia o lo que se pretenda decir, pero tratamos de ayudar primero a cientos de comerciantes ecuatorianos que también necesitan llevar un pan a su hogar”, aclaró.
Narváez sostiene que, en todo caso, es responsabilidad del Gobierno Nacional crear políticas que beneficien a los ciudadanos extranjeros que carecen de un empleo u otros beneficios.
Esperanza
Sonia Rodríguez es una de las pocas comerciantes informales que acudió ayer en espera de obtener un espacio en uno de los galpones. “Al menos así no estaré preocupada de que los metropolitanos me llamen la atención mientras comercializo ropa”, expresó.
A ella la acompañó su sobrina Delia Rodríguez, quien confía que estará en la nómina. “Son pocos días para ganar algo, pero será de gran ayuda para mi familia”, señaló.