Investigadores de la Policía buscan información para conocer si Santiago Loza, director del Centro de Privación Provisional de Libertad (CPPL) de Pichincha, conocido como la cárcel de El Inca, fue amenazado de muerte en los últimos días.

El coronel en servicio pasivo fue asesinado, a las 08:30 del jueves 1 de diciembre, cuando se encontraba dentro de un vehículo. Loza se dirigía a su trabajo por la avenida Simón Bolívar, a unos 200 metros del redondel de Gualo, al norte de Quito, cuando sicarios en moto le dispararon.

La alerta llegó al ECU-911 como un choque entre dos vehículos. Sin embargo, cuando los agentes metropolitanos de tránsito arribaron a la escena, se percataron que el conductor de uno de los automóviles implicados en el siniestro estaba ensangrentado y sin vida. Se trataba de Loza.

El conductor del otro auto contó a los agentes que escuchó varios disparos y segundos después sintió que el carro del funcionario lo impactó.

Al parecer, los victimarios habrían disparado al director y su vehículo, sin control, chocó contra el auto del otro señor. “Eran dos sujetos en motocicleta. Tenían cascos negros”, le dijo el testigo al uniformado.

Decenas de agentes de Criminalística y de la Unidad de Muertes Violentas de la Policía (Dinased) acordonaron el lugar para levantar indicios. Entrevistaron a los testigos y buscaron restos balísticos en la carretera y los parterres.

El general Freddy Sarzosa, director nacional de la Dinased, mencionó que en el lugar se encontraron varias vainas de armas de fuego, pero no precisó de qué tipo de calibre eran.

Lo que se conoce extraoficialmente es que Loza manejaba el vehículo de uno de sus familiares.

El Servicio Nacional de Atención a Personas Privadas de Libertad (SNAI) emitió un comunicado en sus redes sociales en el que lamentó lo sucedido a Loza y extendió sus condolencias a los familiares.

También repudiaron este acto criminal y mencionaron que esto sucede “en medio del proceso de transformación que hemos emprendido como institución, para la seguridad y control de los centros carcelarios”.

Donde ‘las papas queman’

Santiago Loza llegó a cumplir funciones en la cárcel de El Inca, el 9 de noviembre del 2022, en uno de los momentos más críticos de este centro.

Dos días antes se registró una matanza en el interior de los pabellones en la que hubo cinco reos asesinados y cinco heridos. El SNAI informó que la reyerta fue por pugna de poder entre integrantes de las bandas Los Lobos y Ñetas.

Una semana después, el 18 de noviembre, Jhonatan Bermúdez, alias Primo, fue trasladado desde El Inca hacia La Roca, en Guayaquil. Él figura como uno de los cabecillas de la banda Los Lobos y fue identificado como el responsable de la matanza en este recinto carcelario.

Sin embargo, mientras lo llevaban en helicóptero, en las celdas de El Inca estrangularon a 10 privados de libertad.

Guillermo Rodríguez, director general del SNAI, mostró su indignación por la muerte de su colega y afirmó que no se doblegarán ante la violencia del narcotráfico. “No cubramos a estos criminales que piensan que, al margen de la ley, pueden matar y no pasa nada”.

Añadió que en el sistema carcelario hay personas que se merecen una segunda oportunidad, pero enfatizó que no cederán ante quienes “mantienen economías criminales” y generan violencia en el país.