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Samuel González fue caballero del Cristo del Consuelo.Extra

La increíble historia de un padre y su hijo que sanaron gracias al Cristo del Consuelo

El asma, una enfermedad de la que padecían un padre y su hijo, fue sanada gracias al Cristo del Consuelo según contaron a EXTRA

Adornado con un ramo de rosas rojas y rosadas unidas por una cinta, Samuel González lleva sobre su hombro la figura del Cristo del Consuelo. Avanza con paso lento en su propia procesión de fe. “Le prometí portarme bien con él por haberme hecho ese milagro y aquí estoy”, expresaba con emoción el hombre, quien durante gran parte de su vida padeció de asma, pero logró curarse.

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Con 77 años y una voz tambaleante, suelta lágrimas mientras relata que en abril de 1960, un joven Samuel presenció la llegada de la emblemática imagen del Cristo del Consuelo a Guayaquil por primera vez. Aunque en ese entonces, cuando la imagen de 1,80 metros de altura llegó, admitió que él no era muy religioso.

Pero cuando era solo un ‘pelado’ de 10 años, su vida se vio envuelta en una lucha constante cuando empezaron los fuertes ataques de tos y dificultad para respirar, por lo que fue diagnosticado con asma, teniendo así que vivir con tratamientos durante gran parte de su vida.

Padre e hijo González en medio de la procesión religiosa de Viernes Santo.Extra

A los 35 años, con el nacimiento de su hijo, a quien llamó igual que él, Samuel, su devoción se intensificó. Acudiendo a las tradicionales procesiones del Cristo del Consuelo en el Suburbio de Guayaquil, imploró por la sanación de su enfermedad, la cual se debe a la inflamación y contracción de los músculos que rodean las vías respiratorias, lo que dificulta su absorción de aire.

A pesar de que el asma, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una condición incurable, a los 40 años don Samuel experimentó la milagrosa remisión de sus síntomas. “Es un Cristo muy milagroso, muy lindo. Es bueno para mí y para todo el mundo”, menciona.

Un milagro familiar del Cristo del Consuelo

Don Samuel no solo ha sido un fiel, sino que pertenecía a los Caballeros del Cristo del Consuelo, cuyos miembros son los encargados de proteger, sostener y preparar al Jesús crucificado, el cual colocan sobre una carreta blanca y la adornan con coloridas flores.

Pero su lucha no había acabado cuando se curó. Samuel (hijo), en sus primeros años de vida también fue diagnosticado con asma, y recuerda que “debía usar mucho oxígeno, usábamos los chisguetes, pero medio caminábamos o nos agotábamos, y teníamos que usar el inhalador”.

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Samuel (hijo) comparte con EXTRA que cuando era niño su papá no lo podía llevar a la procesión debido a que, por su labor como caballero, debía estar pendiente de la imagen. Pero cuando el adolescente cumplió 14 años y, por la edad, su padre ya no podía cargar al Cristo, decidió llevarlo consigo.

Fue allí cuando comenzó el segundo milagro de los González: el hijo había empezado su proceso de sanación, el cual cuando cumplió cuando tenía los 16 años. “Nadie más que Él (Cristo) lo curó, porque la medicina no lo pudo haber curado”, destaca Samuel papá.

Año tras año, sin faltar una sola ocasión -a excepción del 2020, cuando la pandemia impidió la procesión-, padre e hijo González se reúnen en cada Viernes Santo para rendir homenaje al Cristo del Consuelo. Su presencia en la procesión se ha convertido en una tradición familiar, una promesa de fe y gratitud que se transmite de generación en generación. “Seguiremos viniendo hasta que ya no podamos caminar”, comentan.

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