Nadie sabe a quién le pertenece un terreno ubicado en la avenida Seis de Diciembre y la calle Santa Lucía. Pero se convirtió en un sitio que a los vecinos les causa miedo.

Al fondo del predio -que tiene cerramiento, pero no puerta- se levanta una columna de humo. Aquellos que lo ‘habitan’ están cocinando.

Los ‘vecis’ ven con recelo esta ‘ocupación’. Dicen que desde hace un par de años ese espacio ha servido como guarida de delincuentes.

Patricia Navarrete, rectora del Colegio Adventista Ciudad de Quito, que colinda con aquel predio, comenta que durante los meses de confinamiento por la pandemia se robaron varios televisores e implementos de las aulas. Ella cree que se metieron por ese terreno. Pero... “eso todavía está en investigación”.

Han llamado a la policía. Los uniformados han desalojado el sitio, pero no pasa mucho tiempo para que los ‘sin techo’ vuelvan. “Es un cuento de nunca acabar, porque no se puede hacer nada más”, agrega la rectora.

Angélica, una moradora de la zona, señala que el barrio se ha vuelto más inseguro. No se atreve a culpar a quienes han ocupado el predio, pero sí relata que varias veces veían a estas personas merodeando las esquinas. “Hace una semana hubo un asalto con armas a pocos metros de allí”, explica.

Los ‘residentes’

Al ingresar a la propiedad, dos hombres saludan e invitan a EXTRA a pasar. Son Emanuel Peña y Ramón López, dos venezolanos que aseguran que se dedican al reciclaje.

Emanuel se termina de bañar con una cubeta de agua, se cepilla los dientes y sale. “Nosotros cuidamos el terreno. Hemos limpiado un poco porque estaba lleno de basura”, suelta, como si le hubieran pedido una rendición de cuentas.

Él lleva poco más de un mes en el país. Y como aún no encuentra un trabajo estable, no ha podido arrendar un departamento. “Cuesta, el más barato, unos 80 dólares”, dice.

Ramón recoge algunos cartones y papeles en un costal para luego venderlos. “Vivimos de esto, no tenemos casa”, insiste el extranjero.

¿Y los dueños?

Ellos dicen que están dispuestos a hablar con el dueño del predio para llegar al acuerdo de que los deje seguir durmiendo allí a cambio de mantenerlo limpio de maleza y basura. Pero nadie sabe quién es.

Patricia Navarrete también se ha puesto en la tarea de hallarlo sin éxito. “Estuvo arrendado por un tiempo. Tenía puertas y una casa. Todo está destruido”, comenta.

La Agencia Metropolitana de Control (AMC) informó a EXTRA que dentro de sus competencias en relación con los predios se controla que se encuentren saneados y cercados. Caso contrario se pide rectificar la conducta. Si no ocurre, posteriormente se emite la sanción correspondiente. En este caso la inspección estaba programada para el viernes pasado.