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Incendios forestales, los depredadores de los bosques azuayos
En cinco años mil 230 hectáreas de vegetación nativa y primaria han desaparecido del Azuay como consecuencia de incendios forestales.
El humo se veía desde el centro de la ciudad. El olor a quemado también se sentía. Se trataba de un incendio forestal de grandes proporciones en un bosque circundante a Cuenca y que puso en riesgo a unas 20 viviendas y hasta las instalaciones de las antenas repetidoras de los canales de televisión, en el sector de Icto Cruz.
El incendio se declaró a las 13:40 del martes 16 de octubre, pero recién a las 19:00 los socorristas forestales pudieron liquidar el fuego con el saldo de un bombero herido y alrededor 120 hectáreas de bosque primario afectado.
El fenómeno generó susto en la población ante la mínima capacidad de atención de los socorristas que, en un número de 220, entre bomberos, guardia ciudadana, militares y comuneros, enfrentan desde el domingo pasado, tres quemas vegetales en las localidades de Pavaurco y Chacanseo, de la parroquia Molleturo y Chaucha en San Joaquín.
Los tres incendios se hallan incontrolables de acuerdo a información proporcionada por la Secretaría de Gestión de Riesgos del Azuay, que se mantiene en reunión permanente.
Estos flagelos son parte de los 27 que se registran desde el 11 de octubre, de los cuales los “24 fueron liquidados”, explicó el jefe de bomberos de Cuenca, Patricio Lucero, confirmando que la mayoría de socorristas se hallan exhaustos por el trabajo desplegado.
Entre el 11 y 17 de octubre de 2018, unas 420 hectáreas de vegetación han sido consumidas por el fuego, con lo que cifra de afectación en lo que va del año 2018, llega a 1.680 hectáreas.
Las consecuencias de las quemas vegetales serán notorias en invierno: la pérdida del colchón natural que en épocas de lluvia absorbe el agua, ayuda a evitar posibles inundaciones.
“Para la recuperación de un bosque, deberá pasar cerca de cien años. Es un proceso lento”, dijo el ambientalista Carlos Moreno.
Esto debido a que la flora y la fauna, no se reestablecen. Son elementos nativos que con los incendios se extinguen.
Junto a eso viene la erosión de los terrenos y suelos. “El fuego no solo quema la superficie, sino que el calor afecta a las distintas capas convirtiendo en zonas desérticas y donde no es posible sembrar ni cultivar por muchos años. Desaparece también de forma irreversible el hábitat de especies silvestres”, agregó Carlos Moreno.
Datos
Los procesos de reforestación son lentos. Se puede realizar solo cuando los terrenos afectados no se hayan enfriado totalmente.
En cinco años, 10.230 hectáreas de vegetación han desparecido del Azuay por efectos de incendios forestales.
Art. 246 del Código Orgánico Integral Penal (COIP): una persona que provoque directa o indirectamente un incendio forestal será sancionada con pena privativa de libertad de uno a tres años.