Impotencia y dolor expresaban los moradores del barrio Santa Anita Norte, en Riobamba, mientras los bomberos intentaban apagar un incendio estructural, que provocó la muerte del propietario y unas cuantas de sus mascotas.

En un terreno irregular y baldío, a 30 metros pendiente abajo del camino principal, la “covacha” construida hace tres años y a la que José Sagñay y Fabiola Villavicencio llamaban hogar, se consumió por completo. Solo los dos árboles que sirvieron de columnas, se mantenían en pie, pero la madera, el cartón y el plástico quedaron reducidos a cenizas, junto al cuerpo de José y de una docena de sus perros.

Su vivienda carecía de todos los servicios básicos, pero le sobraba amor dicen los conocidos de la pareja, cuyo único medio de sustento eran las ganancias que les quedaban por cuidar los vehículos en la zona del parque Guayaquil. Ahí mismo acogieron con cariño a cuanto peludo transitaba por la calle.

Villavicencio relató a la Policía que había salido de su hogar con varios de sus perros a realizar unas compras en la tienda, aproximadamente a las diez de la noche. Allí se quedó encendida una vela. Luego, cuando regresaba se topó con la dantesca escena e inmediatamente empezó a llamar a gritos a su esposo, pero este no respondió. También buscó al can llamado Tarzán, a quien quería como un hijo, y tampoco hubo respuesta.

"Pensamos que estaban los dos, debido a la hora, pero la señora llegó después, me daba una pena cómo gritaba, decía que el esposo estaba adentro, y llamaba a su perrito que le quería como hijo, y nada", contó Verónica Sampedro, moradora del sector.

"Fuimos alertados del incendio, cuando llegamos todo se había consumido rápidamente, el material con el que estaba hecho el refugio, así como los elementos como hierba seca, troncos y palos son de rápida combustión, lamentablemente entre los escombros hallamos el cuerpo de un hombre, que fue identificado por su conviviente, así como restos de al menos 12 perros", indicó Orlando Vallejo, jefe del Cuerpo de Bomberos de Riobamba.

Una vez asegurado el perímetro para evitar el avivamiento de las llamas, el cuerpo fue sacado de los escombros por bomberos y policía y llevado a la morgue de la ciudad.

Mientras en la ambulancia, bomberos especializados daban atención y ayuda psicológica a la viuda; otra docena de canes aguardaba su salida.

"Era gente tranquila"

Los vecinos de la pareja contaron que esta era gente tranquila, de muy bajos recursos y que cuando se formó la cooperativa, ellos vivían ahí sin permiso del barrio, pero como no molestaban, se los dejó allí.

"Siempre les veíamos a los dos adultos mayores, construyeron una caseta más arriba y se les quemó, daba mucha pena la situación de pobreza, sin luz, sin agua, personas caritativas les regalaba agua, comida, cobijas", relató Raúl Zárate, morador del barrio. 

Agregó que la liquidadora de la cooperativa tenía la idea de pedir a las autoridades que les recibiera en un albergue, pero desconocía cómo eran los trámites. "Vamos a dejarle alojarse en un cuarto en la casa barrial, hasta que las autoridades hagan algo...", añadió.