Los vecinos ni se acercan a la casa. Conocían que dentro de esa vivienda doña Blanca Zenaida Valle, de 71 años, tenía varios perros, pero no creían que eran muchos. La noche del martes 21 de noviembre se enteraron de que al menos unos 55 canes convivían con ella... y también de que fueron estos los que terminaron con sus días. 

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El ataque canino se registró en el caserío Bellavista, parroquia rural de Ambato, provincia de Tungurahua. Los perros los rescataba uno de sus hijos de 40 años de edad, quien tenía en mente tener un albergue.

Él ahora está con prisión preventiva y su madre muerta. Fue, presuntamente, devorada por los perros. Los vecinos colocaron velas en memoria de doña Blanca, a quien la querían mucho, pero desde el miércoles ya ni se acercan a la casa por temor a que los perros los ataquen.

Martha Altamirano mencionó que doña Blanca estuvo fuera de la casa por una semana. Presumen que los perros no la reconocieron al regresar. Desde hace tres años el hijo empezó a recoger a los animales callejeros y llevarlos hasta la vivienda. Perros mestizos mezclados con toda raza y tamaño, entre ellos collie, pitbull, entre otros.

María Jerez, otra de las moradoras del barrio, dijo que Blanca le comentó que había un perro que era el más bravo y que para evitar que ataque a los otros canes o a ella mismo debía utilizar siempre un palo.

Desconocen a qué hora habría sido el ataque. Su hijo contó a los policías que cuando llegó, a eso de las 18:30, observó a los perros aglomerados en un círculo y al tratar de separarlos encontró el cuerpo de su mamá en medio.

Su horror fue presenciar que los perros se la estaban comiendo. Trató de ahuyentarlos, pero como no pudo solo optó por cubrir el cuerpo con una lata y avisó al ECU911. El fiscal de turno, Dennis Ocampo, dispuso la retención del hijo para investigaciones.

Gabriela Salas, experta en cuidado canino y propietaria de un hotel para perros en Ambato, mencionó que respeta mucho la labor que hacen las personas rescatistas, pero aseguró que no está bien tener a los perros hacinados.

“Si está en la capacidad de tener a los perros bien cuidados y bien alimentados es bueno rescatarlos, y si no hay esa fortaleza es mejor no hacerlo. A los perros se los debe separar por razas, porque cada uno tiene su personalidad. Quizá uno de los perros desconoció a la señora y al estar en manada ocurrió el ataque masivo”, explicó Salas.

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Salas dice que “rescatar perros es una labor satisfactoria, pero se requiere de mucho dinero”, por eso ella paró esa tarea. “Si no le van a dar todo el cuidado es mejor no hacerlo, porque podrían ocurrir hechos lamentables”, sentenció.

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