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La Policía acudió al sitio del asesinato que ha conmocionado a Huaquillas.daniel durán

Huaquillas: Sacaron un cadáver del hospital y lo llevaron a casa para "tratar de salvarlo"

La víctima fue tiroteada en su vivienda, por lo que lo llevaron a urgencias. Allí les confirmaron su muerte pero su familia retiró el cuerpo sin esperar a la Policía.

Cargado y cubierto con una sábana, mientras su rostro era acariciado, Juan Francisco Ramírez Guerrero retornó a su casa este miércoles 9 de marzo. Al ver la escena, los vecinos se quedaron estupefactos, pues el muchacho era un cadáver.  Sus familiares lo habían recogido en el hospital y llevado de vuelta  a su hogar con la esperanza de salvarlo de los balazos que había recibido, a domicilio, por parte de desconocidos.

“¡No puede ser que te hayas ido. No quiero! ¿Por qué, Dios mío?”, gritó una mujer, al parecer su madre, mientras abrazaba el cuerpo de Ramírez para que no se lo lleven.

A lo lejos se escuchaba las sirenas de las patrullas de la Policía Nacional, que se acercaban a la ciudadela Las Amazonas del cantón Huaquillas, para cumplir con el levantamiento del cadáver, una diligencia que no habían podido hacer en el hospital de la localidad, donde lo llevaron tras ser baleado.

Uno de los uniformados indicó que los familiares se llevaron el cuerpo luego de que los médicos les indicaran que había fallecido. Es más, por temor a represalias, los parientes no habían querido proporcionar información de las circunstancias y motivos de la muerte violenta.

Las versiones extraoficiales indican que Ramírez, quien según registros de la Policía, tenía antecedentes "por incumplimiento de disposiciones legítimas de autoridad competente", se encontraba en su casa cuando habrían llegado sujetos armados y le propinaron varios tiros, cayendo herido de muerte al piso del patio.

Tras el tiroteo sufrido, sus allegados lo subieron a un vehículo y llevaron al hospital, pero allí nada se pudo hacer. 

Una fuente policial comentó que se trataría de un homicidio direccionado, perpetrado por miembros de una organización dedicada al tráfico de drogas, razón por la cual, ningún allegado al finado quiere poner la denuncia o referirse al respecto.