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Hombre quiso matarse en el puente El Chiche en Quito
Una agente de tránsito lo salvó del suicidio. Aquella persona había escrito una carta a su hija pidiéndole perdón por lo que haría.
A Maritza Toapanta nunca se le borrará de la mente la imagen de un hombre que quiso lanzarse del viejo puente de El Chiche, oriente de Quito, y al que ella salvó. “Lloraba y me decía que no me metiera porque no quería vivir”, recuerda esta agente metropolitana de Tránsito cerca del lugar.
Eran las 10:20 del domingo y Toapanta, de 30 años, escribía unos informes dentro del destacamento que está en El Chiche. De repente, el controlador de un bus se acercó a darle un papel y le dijo que era la carta de una persona que corría hacia el puente a matarse.
Cuando la abrió vio que un hombre le escribió a su hija. “Por los problemas que tuve tomé la decisión de suicidarme para ya no hacer más daño. Quiero que luches y que tus sueños se te cumplan. Cuídate. Te ama, tu padre”.
La agente pensó que era una broma porque nadie apareció. Ella salió de la pequeña casa y en ese momento vio a aquel hombre –con mochila y gorra– que bajaba desesperado. Él pasó cerca de Toapanta, quien lo saludó, pero no le contestó.
La agente corrió detrás y en segundos esa persona subió la baranda de metal y quiso arrojarse. “Alcancé a sostenerlo del cuello”.
La mujer intentó convencerlo de que no se lanzara, hablándole de Dios. “Le dije que él tenía planes”, comenta. Pero el suicida no hacía caso y forcejeaba con Toapanta por lo que ella gritó que la ayudaran.
Dos conductores vieron la escena y se bajaron. Corrieron hacia el paso peatonal del puente y sostuvieron al individuo que no dejaba de llorar.
Lo sentaron a la fuerza sin soltarlo porque insistía en matarse. Pero se calmó cuando la Policía llegó y les contó que no tenía empleo, que tenía problemas con su familia y su esposa.
Los gendarmes lo subieron a un patrullero para llevarlo donde sus parientes y pidió perdón por lo que hizo. “Me dijo que poco a poco saldría adelante. Le expliqué que Dios le está dando la vida nuevamente”, rememora Toapanta que salvó por primera vez una vida.