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El hombre que se ahogó en una zanja en Guayaquil estaba acompañado de su esposa: Solo la tragedia los separó
La pareja regresaba a su hogar, cuando el carro en que se movilizaba se quedó trabado por un fierro. Su amada lo vio hundirse en el río formado por la lluvia.
El último familiar en ver con vida a Douglas Gilberto Marcillo Chavarría fue su esposa, la madre de cuatro de sus hijos y la mujer con la que compartió más de tres décadas, Zoila Guerra. Ella lo acompañaba la tarde de la tragedia, era su copiloto.
Con pesar, uno de sus familiares describió cómo ocurrió la muerte del Douglas, quien el próximo 11 de julio cumpliría 75 años. “Con ayuda pudieron sacarla a ella del carro que se quedó trabado por un fierro, él se aseguró de que su esposa estuviera a salvo. Pero cuando le dieron la mano para ayudarlo no pudo sostenerse y se perdió en esa zanja que se transforma en río cada vez que llueve”, relató.
Manifestó que Douglas y Zoila eran inseparables y que vivieron varios años en Italia, pero decidieron retornar a su país y poner un negocio en el noroeste porteño. “Él era taxista, pero ahora ya no se dedicará a esa actividad. Su esposa está destrozada. Se fue el amor de su vida, porque así lo llamaba”.
Sin embargo, en medio del desconsuelo por la inesperada muerte del septuagenario, oriundo de Jipijapa (Manabí), sus parientes critican la poca colaboración que recibieron por parte de organismos de socorro y de la policía, pues aseguran que el hallazgo del cuerpo lo hicieron ellos.
Douglas tenía más de 30 años residiendo en Guayaquil, vivía en el sector El Fortín, a menos de cinco cuadras de donde se hundió. Laboró como taxista, actualmente ya no hacía carreras y el vehículo amarillo lo usaba para temas familiares. El día de la tragedia había salido de compras con su amada.
- Despedido en Jipijapa
Gabriel Santillán, yerno del hombre, contó a EXTRA detalles sobre el triste desenlace que tuvo el adulto mayor. “Él era como mi padre”, expresó al borde de las lágrimas y con un nudo en la garganta que entrecortaba sus palabras.
Gabriel asegura que todo fue como una pesadilla. La búsqueda del cuerpo inició con la presencia de unos 25 familiares la mañana del domingo. Estaban conscientes de los riesgos que corrían, pero en ese momento solo había un objetivo: encontrar a Douglas.
“La idea era encontrarlo con vida, eso anhelábamos, íbamos en grupos, unos entre los ductos, otros por arriba. Había riesgos, el peligro era inminente, el agua en unas calles ya nos llegaba pasados los tobillos. Fue encontrado a una distancia de unos 5 kilómetros de donde desapareció. Fue muy duro verlo así”, lamentó.
El anciano fue hallado sin ropa, pues el agua lo había revolcado. De acuerdo con el testimonio familiar, él presentaba varios golpes en la cabeza y en diferentes partes del cuerpo.
“Nosotros dijimos que el cuerpo no podía ir al Centro Forense, el esfuerzo había sido nuestro y creíamos que debíamos llevárnoslo. La familia lo limpió y preparó para los procesos de velación y traslado a Jipijapa”.
La mañana de ayer el cuerpo de Douglas era velado en una sala de velación privada del cantón Jipijapa. Familiares y amigos mostraron su tristeza y desconsuelo. No podían creer que en cuestión de segundos haya perdido la vida.
“Era un hombre trabajador, dedicado a su familia, por ellos daba todo. La verdad todo esto ha causado un dolor tan inmenso”, exteriorizó el yerno, mientras se escuchaban lamentos desde el interior de la sala de velación. (AEB/AG)