El drama, terror, acción, comedia, romance y hasta la ficción no solo se hacen presentes en las salas de cine, también en las habitaciones de los moteles, sitio en el que amantes (oficiales o no) son los protagonistas de historias inolvidables.

Trabajadores de uno de estos establecimientos de Guayaquil contaron lo que les toca ver, oír y callar durante su jornada laboral.

A unos los han invitado a ser parte de los encuentros sexuales, a otro ‘caretucamente’ intentaron cobrarle por unírseles.

“Una pareja llegó al parqueo y les tocó esperar que arreglaran el cuarto. Una chica abría varias veces la cortina que cubría el auto, me acerqué y le pregunté si tenía algún problema. Ella me contestó: “Niño, si tiene plata lo hacemos entrar, acá no tiene lío el compañero”. Eso sucedió la semana pasada”, relató Christian.

A un guardia no le propusieron ser parte de un trío, le ofrecieron pagarle si tenía relaciones sexuales con una mujer, mientras el hombre los observaba y se ‘pegaba’ un tabaco. El ‘guachiman’ notificó la situación y ‘míster voyeurista’ se quedó con las ganas...

El ‘recuerdo’

Es común que los clientes se lleven el jabón, champú, hasta intenten ‘volarse’ batas, toallas, fundas de almohada y sábanas -que no es permitido, a menos que las compren-, pero... ¿un televisor?

Parece una historia de ficción, pero es real, indica el economista Juan Carlos Macio, gerente administrativo de la cadena Éxtasis. “Un tipo vino con un supuesto cuadro (cubierto) y dijo: “Aquí tengo una obra, soy artista plástico”. Ingresó, pero lo que traía era el ‘cascarón’ de un tv viejo, de la misma medida del nuestro. Se retiró y se lo llevó”, señala Macio.

La posición del amor

Pero no todo es ‘cuerpeo’ en el motel, asimismo se han dado escenas románticas, como las pedidas de mano. Ellos reservan una pieza decorada con vino y champaña y en el cuarto con luces de colores realizan una pose poco común de las que suelen hacer en la pieza: él se pone de rodillas y le pide matrimonio.

Terror, drama y acción

Dentro del servicio que ofrecen hay uno para emergencias en casos de ‘cachos’, un plan de escape para quien lo requiera.

“Una mujer seguía a su esposo, esperó que se instalara en la habitación. Ingresó en un carro e intentó entrar a la fuerza al cuarto del hombre. Los guardias la detuvieron e inició el escándalo. El tipo nos pidió ayuda, que saquemos a la chica por otro lado para evitar confrontaciones. Como hay dos puertas en los cuartos, la sacamos por el pasillo, luego a otra habitación. Se le dio un servicio extra”, cuenta César, otro trabajador.

Los ‘indicios’

Joselyn no es perito de Criminalística, sin embargo, es la que se encarga de ‘levantar los indicios’ de la escena, en la cual hubo varios ‘muertos’, pero de placer.

Ella es la camarera, es un poco tímida y dice que todavía no se acostumbra a los gemidos y quejidos que oye a diario.

“He hallado preservativos llenos de sus cosas (semen), objetos sexuales, consoladores”, expresa la joven. Aunque también encuentran pepinos, bananas, yucas, plátanos verdes y maduros.

Otros clientes

Pese a que el sitio no tiene dulcería, se asoman los ‘sugar’, tanto los ‘daddies’ como ‘mommys’. “Vienen bastante. Veo pasar a señores de 60 o 70 años con chicas de 20. Señoras de 70 con chicos de 25”, precisa Christian.

Dentro de sus clientes hay gente de farándula, actores, deportistas y hasta políticos, pero el personal se ‘moja el ojo’.