Hoy se celebra la misa del mes en honor a Óscar Andrango, el agente metropolitano asesinado por un vendedor ambulante en el sector de El Recreo, en el sur de la capital.

Han pasado 30 días desde el crimen, pero todavía hay quienes no pretenden dejar partir la memoria de Andrango. Su hija, de 12 años, es una de ellas.

La pequeña no habla. Cruza las manos y se sienta por varios minutos en el sofá de la sala. Observa las únicas fotos que tiene con su padre cuando fue bautizada en la iglesia. Luego abraza a su madre Marcia Tipán, quien renunció a su trabajo para pasar más tiempo con ella. 

“En ocasiones se levanta por las noches y llora por su papá”. Ahora, ambas reciben terapia psicológica cada semana para superar la pérdida.

JUICIO

El proceso judicial en contra de Renee Vargas, sospechoso de apuñalar a Andrango, está en fase de investigación.

El martes y miércoles de la semana pasada agentes de Criminalística, Dinased y fiscales fueron al lugar donde ocurrió el crimen para buscar más evidencias del caso.

Los uniformados tuvieron que desalojar a varios vendedores ambulantes que, al parecer, eran familiares del detenido. Por su parte, el sospechoso llegó custodiado por tres uniformados y relató cómo habrían sucedido los hechos.

Además, el Municipio de Quito formuló una acusación particular en contra del implicado por el delito de homicidio, que fue presentada por el subprocurador metropolitano Teo Balarezo y por el coronel Wilson Toalombo, director del Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano.

Según el expediente judicial que reposa en la Fiscalía, el próximo 19 de noviembre se realizará la audiencia de reformulación de cargos en el Complejo Judicial Sur Quitumbe.

Durante esta semana se efectuaron varias diligencias, entre ellas la extracción de las tomas de un video y el reconocimiento del lugar de los hechos.

“Si debo aportar algo para la investigación lo haré con gusto”, dijo Tipán.

COLABORACIÓN PARA LA HIJA

Al día siguiente de la muerte de Andrango, los agentes metropolitanos formaron una comisión y dialogaron con las autoridades de la Alcaldía e hicieron varios pedidos. 

Entre esos estaba ayudar a la hija del uniformado con su ingreso a un colegio municipal y apoyo económico hasta que ella vaya a la universidad. La menor ya se encuentra estudiando en el colegio Sebastián de Benalcázar. Inició clases hace dos semanas. 

Otro de los pedidos de los agentes es que el nombre del cuartel se cambie por el de Óscar Andrango, para honrar su memoria.