La capital azuaya ajusta hoy 39 días sin lluvias y esta condición pone en aprietos a tres de los cuatro afluentes que atraviesan la ciudad y alimentan a las plantas de agua potable.

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El río Tomebamba fue declarado en estiaje por los técnicos de la Empresa Municipal de Agua Potable, Telefonía y Alcantarillado de Cuenca (Etapa EP) debido a que su caudal está por debajo del mínimo que es de un 1.2 metros cúbicos por segundo.  En tanto los ríos Yanuncay y Tarqui mantienen su caudal en nivel bajo, pero dentro de la media.

Rigoberto Guerrero, administrador del Departamento de Monitoreo del Clima de ETAPA EP, explicó que julio y agosto históricamente han sido meses secos, pero que el promedio de lluvia llegaba hasta los 70 milímetros; sin embargo, en este 2024 el promedio de lluvia que ha caído no ha superado los cinco milímetros.

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“Hay que anotar que no se descarta que el Yanuncay y el Tarqui también entren en un proceso de sequía hidrológica en caso de que sus caudales desciendan debido a la falta de lluvia”, puntualizó.

Este fenómeno en la cuenca del río Tomebamba “se ha vuelto recurrente” según explica el técnico de la institución. Es así que en 2022 todo diciembre fue seco, en 2023 se contabilizaron 118 días de sequía hidrológica y este año la cuenta ya está en 39 días, con el pronóstico de falta de lluvia hasta finales de septiembre. 

Guerrero explicó que para terminar la sequía en la cuenca del Tomebamba serán necesarios de 15 días de lluvias continuas. Con este panorama, la captación de agua en la planta de El Cebollar, alimentada con los ríos Tomebamba y Culebrillas, actualmente es sostenida por el segundo afluente. 

Es así que el funcionario hizo un llamado a la población a limitar el uso del agua potable y a “ser más responsables con la realidad que estamos viviendo”. Según el funcionario, en Cuenca se consumen 200 litros por habitante de agua potable, siendo el doble de lo que sugiere la ONU.

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También apuntó que la “secuencias de sequías hace que los ecosistemas y las zonas de recarga hídrica tarden más en recuperarse cundo llega el periodo de lluvias” y que esto afecta de forma directa a los embalses para la generación de energía eléctrica.

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