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Para los habitantes de Durán, el cantón está lleno de "mafias"
Duraneños tienen pocas esperanzas de que la violencia criminal acabe con el nuevo alcalde.
Diego (nombre protegido) se salvó de ser uno de los afectados del ataque al alcalde de Durán, Luis Chonillo. Se siente ‘bendecido y afortunado’, pues el hecho violento sucedió frente a él mientras atendía un negocio de la zona.
“Vi cómo empezaron a balearlos y luego se chocaron. Los atacantes creo que hasta podrían haberse bajado a dispararles directamente, pero pienso que no lo hicieron porque más adelante (en la vía) había un operativo de policías y militares”, cuenta.
Luego, según su relato, todo fue caos y desesperación. Afirma haber visto cómo el alcalde Chonillo, su secretaria, un “asesor” y otro hombre que considera era parte del equipo de seguridad del funcionario, corrieron hasta un local en el que ingresaron y bajaron la puerta enrollable de la entrada.
“Después de eso solo se escuchaban gritos y parecía que en cualquier momento iban hasta ese local para seguirles disparando”. Para Diego, esto es solo un aviso de todo lo que podría suceder en Durán.
“Aunque pueda sonar duro, faltará más sangre derramada para que pare el nivel de violencia. Es verdad que se esperaba un cambio con el nuevo alcalde, pero se sabía que no sería drástico”, comenta.
Para él, el cantón atraviesa por un problema “profundo”, por lo que se necesitarán “muchos años” de rehabilitación. “Aquí en Durán hay muchas mafias, empezando por la del agua”, asegura.
“Si le hicieron eso al alcalde, que es la figura con más poder en la ciudad, ¿qué podemos esperar para nosotros los ciudadanos?”, cuestiona Paola, vendedora informal en el sector Río Guayas, zona céntrica del cantón, ubicado a más de tres kilómetros del lugar del atentado.
Ella tiene clara la ‘película’ y dice que esto es solo el comienzo de la pugna de poder que habrá en Durán, debido al cambio de la tendencia política en el Municipio; mientras que su amiga Yalitza dice que la situación es “aterradora”.
Amelia Cáceres, lejos de quejarse por la inseguridad, propone pedir ayuda a Colombia o Perú en caso de que las autoridades consideren que no se puede controlar la violencia criminal. No obstante, el factor común en las preocupaciones de los duraneños es que la esperanza se va de a poco.
“Tal vez el alcalde no quiso ‘pactar’ con algún grupo porque es nuevo y llegaba a hacer las cosas diferentes y esta fue solo la respuesta a su oposición”, señala Diego como hipótesis.