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La mañana del lunes fue plagiado el comerciante Neptalí Ramos. La Policía lo liberó horas después. Estaba aterrado.CARLOS KLINGER

Guayas: 'Pandemia' de terror y secuestro

En Guayas, tres hechos similares se han suscitado en menos de 5 días. Expertos en seguridad coinciden en que se trata de estructuras delictivas que también se dedican al narcotráfico y asesinatos y que las autoridades deben actuar de forma contundente o seguirán ganando terreno.

A los robos, asesinatos y extorsiones, que son el pan nuestro de cada día, se suma otro delito que también se está volviendo común en Ecuador, especialmente en la provincia del Guayas: el secuestro.

En menos de cinco días, tres hechos con las mismas características y violencia han alarmado a la ciudadanía, dos de las víctimas son comerciantes. El primero de los casos se registró en Durán, el otro en el suburbio de Guayaquil. Ellos ya están con sus familiares.

Los últimos afectados son una pareja y su hijo, de 10 años, quienes la noche del jueves se encontraban en un restaurante, en una plaza comercial de la urbanización La Joya, en Daule, cuando los raptaron.

De acuerdo a información policial, la madre y el menor de edad ya fueron liberados. Antes cancelaron 70 mil dólares. Hasta el cierre de esta edición, el hombre aún seguía en poder de los plagiadores.

El investigador también reveló que este último hecho se trató de un secuestro direccionado, ya que los delincuentes “sabían muy bien quién es la víctima. Es alguien de peso, que tiene nexos con grupos delictivos. Lamentablemente, la familia no quiere poner la denuncia por miedo”, afirmó.

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bandas, Chone Killers y Tiguerones, estarían tras los secuestros en Durán y Guayaquil.

Un guardia, testigo del secuestro, contó a EXTRA que cuando escuchó los gritos de las personas que estaban dentro del restaurante, a pesar de estar armado, se quedó impávido, pues mientras él portaba una pistola, los pillos llegaron con armas de grueso calibre.

“Dos vestían de policías. Me quedé en mi puesto, qué puede hacer un solo hombre, ganarme un tiro. La delincuencia está terrible, ya ni se puede salir a un lugar con la familia. Lo viví en persona”, dijo.

Ante el auge de estos hechos delictivos, este Diario consultó con dos expertos en seguridad, el colombiano Hugo Acero y Kléber Carrión, fundador de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase). Ellos coincidieron que quienes cometen los secuestros son parte de una estructura delictiva, que también se dedica al narcotráfico, robo, extorsión y asesinatos.

Hoy hay un problema, ya que a través de las redes la gente da a conocer mucha información sobre viajes, carros y casas que tienen. Se exponen a los criminales”.Hugo Acero, experto en seguridad
La pareja y su niño estaban sentados cuando ingresaron los criminales..Captura de video

“Las organizaciones criminales buscan obtener varias rentas, a más del narcotráfico. Son ‘empresas’ del crimen con distintas líneas de negocios, extorsiones, secuestros, droga, que buscan subsistir”, indicó Acero.

Contó que en Colombia, en el 2002 y 2003, se registraron 3.500 secuestros al año y que para mitigar este alto índice de delitos, el gobierno de su país creó un grupo especializado conformado por policías militares y la Fiscalía, con la que se realizaron acciones para detener a estas bandas criminales.

Si una persona se siente amenazada es importante avisar a la Policía del sector para que pueda acudir inmediatamente. Es importante denunciar”.Edwin Noguera
Zona 8

“Las autoridades deben actuar en forma contundente en contra de los criminales, de lo contrario, ellos seguirán ganando terreno. En el caso de los secuestros, las víctimas son estudiadas y para pedir plata necesitan que esa persona pueda pagar lo que piden”, acotó.

Cifras negras

Hace tres días, el general Edwin Noguera, comandante de la Zona 8, afirmó que en lo que va de 2023, en la Zona 8, (Guayaquil, Durán y Samborondón) siete personas han sido secuestradas y que todas fueron liberadas, sanas y salvas.

Sin embargo, para Carrión la cifra que da la Policía solo son de los casos que se han dado a conocer o donde ha existido denuncia. “El primer requerimiento que realizan los secuestradores es que los familiares de las víctimas no den aviso a la policía, esto conlleva a que exista una cifra negra elevada por esta causa, y que es lógica basándonos en el miedo que provocan, pues está en riesgo la vida del secuestrado”, manifestó.

Explicó que el miedo es el mayor golpe psicológico, sumado a que muchas veces las pruebas de vida son partes del cuerpo de las víctimas. “Esto es una modalidad importada como modus operandi de países donde la industria del secuestro se ha enraizado y tiene mayor desarrollo delictivo”, agregó.