En el barrio de la 24 y Pancho Segura, suburbio de Guayaquil, la familia Gómez Zambrano se volvió popular de la noche a la mañana. Esa repentina fama no se dio por los cangrejos ni los platos con mariscos que venden en la casa donde habitan y que también es usada como restaurante, sino por Bruno, un perro que se enfrentó a dos delincuentes que asaltaron a los integrantes de su familia.

El can, de 5 años, color negro, mezcla de razas pitbull y bóxer, se abalanzó contra los hampones, quienes a bordo de una moto y portando armas de fuego, llegaron al local para atracarlo, la noche del domingo 15 de mayo.

Bruno, cuyo comportamiento habitual es dócil y educado, se transformó en una fiera ante la llegada amenazante de los delincuentes, uno de los cuales advirtió con matarlo si no lo agarraban; mientras el otro, que fue embocado por el perro, huyó del lugar.

La motocicleta, que luego se supo había sido denunciada como robada, fue abandonada afuera del local.

Christian Gómez (22), dueño del perro, recuerda que estaba en la cocina cuando una pariente llegó corriendo y le pidió que saliera porque unos ladrones iban a matar a Bruno.

Al grito de “stop” o “siéntate”, el can quedó petrificado ante la orden, de lo contrario le habrían disparado.

Todo quedó registrado en una cámara de seguridad. El suceso se viralizó en las redes sociales y fueron los internautas quienes aplaudieron la reacción del perro, que fue comprado en 60 dólares por Christian.

“Bruno, en noviembre, cumplirá 6 años. Antes de él tuve otro pitbull, pero falleció. Yo quería un perro igual y supe que alguien tenía varios en venta, puedo decir que lo rescaté, porque estaba muy descuidado”, comenta Christian, quien ha encontrado en la mascota a su mejor amigo.

Ha frustrado asaltos

No es la primera vez que Bruno actúa en contra de delincuentes. En dos ocasiones, en la ciudadela Kennedy, donde los fines de semana acompaña a su amo a cuidar carros, frustró otros asaltos. Los ladrones fueron entregados a la Policía.

“Desde hace tres años cuidamos carros los fines de semana. Yo ayudo a mi abuelo, quien es el dueño del negocio, y el resto de días apoyo a mi mamá en el cangrejal que tenemos”, indica Christian.

Para cumplir con su labor de guardián, Bruno va uniformado. Lleva un arnés, tipo chaleco, en el que muchas veces sus clientes habituales le ponen dinero para sus ‘golosinas’.

Los médicos de una clínica cercana lo conocen y cuando no lo ven reclaman su presencia. Para Navidad también recibe canastas con productos y alimentos caninos.

“Más lo conocen a él que a mí. Cuando no lo ven lo reclaman. Donde yo estoy, él también está. Vamos juntos a todos partes. Siempre lo llevo al mercado de la Caraguay (sur) a comprar mariscos para el negocio”, cuenta Christian.

¿Temor a la delincuencia? Tanto Bruno como su joven amo están dispuestos a auxiliar a quien lo requiera, tal como se lo inculcó su madre a Christian. ¡Tremendo ejemplo!

Delincuentes mataron a una perrita

El 16 de mayo, en Quevedo, provincia de Los Ríos, cuatro delincuentes a bordo de dos motos asaltaron a los residentes de una vivienda del barrio San Camilo.

Nena, una perrita blanca que salió a perseguir a los maleantes, recibió un disparo por defender a sus dueños.

Uno de los maleantes salió de la casa y se embarcó en la motocicleta. Para amedrentar a los moradores, el individuo realizó disparos al aire. El can persiguió a los antisociales, pero uno de ellos le pegó un ‘pepazo’.