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Guayaquil: Robo de cables dejó sin luz a una cuadra del Barrio El Salado
Moradores afirman que cada 20 días van 'choros' que no solo los dejan sin alumbrado público, también alteran el voltaje, por eso desconectan sus electrodomésticos o usan reguladores para que no se les dañen.
Cecilia Silva nació en el Barrio de El Salado hace 66 años. Su madre, hermano, hijo y nuera viven en su misma cuadra, cuyas calles son Aguirre y Lizardo García.
La familia entera no soporta que antisociales los dejen a oscuras cada vez que se roban los cables del alumbrado público, pero el domingo 31 de julio, a las 19:15, no pudieron más y Juan Sebastián Carrillo, vástago de Cecilia, registró en un video la problemática.
En el material audiovisual mostró que ese día inicialmente los ‘choros’ cortaron los cables del poste de luz, ubicado en el medio de la cuadra (del lado de la calle Aguirre) y aprovecharon las tinieblas y la frondosidad de los árboles del sitio para que la cámara de la Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil (CSCG) no los pueda ‘cachar’ sustrayendo los cables de un cajetín.
Carlos Sosa, morador, revela que un vecino, quien vive en un segundo piso, le avisó del atraco.
“Al parecer eran dos hombres. Él vio al ‘campanero’, quien miraba para todos lados, me imagino que lo hacía por si pasaba algún patrullero. De pronto escuchó el ruido de la tapa metálica, bajó para sorprenderlos, pero ellos ya se habían ido con lo robado”, señala el joven.
‘Paniqueada’
Cecilia relata que en el momento del ‘choreo’ ella estaba en misa. “Una vecina me dijo que casi se le quema el horno microondas, pues hubo variaciones en el voltaje”.
¿Cómo se llevan los cables? “No se sabe, hasta se pueden electrocutar, pero como están con droga, parece que los hace inconscientes”, indica la sexagenaria, quien ese día estaba ‘paniqueada’, pues la puerta de su garaje es eléctrica y con la energía intermitente no le funcionaba. Parqueó en la calle Aguirre, con el miedo de ‘pagar’ con algún delincuente.
Sus propias medidas
“Mi hijo me recomendó no conectar nada, pero por estos problemas que tenemos, no me quedó otra que desenchufar todos mis electrodomésticos y aparatos; cuando los uso, allí los conecto. Solo tengo la refrigeradora con regulador de voltaje”, sostiene Cecilia.
Su madre y su hermano tienen toda su vivienda llena de estos dispositivos eléctricos diseñados para suministrar el paso de la electricidad y a su vez proteger a sus artefactos.
El gestor comunitario de este barrio, Gustavo Rivadeneira, manifiesta que robaron un cable máster y causaron un gran daño.
“Este problema se ha agudizado, pues cada 20 días los moradores se quedan a oscuras. Personal de la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL) viene a solucionar el imperfecto, pero estas personas regresan. Un día dejan sin energía a los postes, pero el domingo pasado hubo alteración en el voltaje y varias familias se quedaron sin luz”, cuenta Rivadeneira, quien considera que los ‘amigos de lo ajeno’ serían los mismos, ya le ‘cogieron el golpe’ a la ‘movida’.
De remate
Pía Romero lleva dos años residiendo en la cuadra y asegura que la esquina de las calles Babahoyo y Aguirre se ha convertido en el dormitorio y baño de las personas que viven en situación de calle.
Una caja de cableado (sin utilizar) la emplean como urinario. Según moradores, personal de limpieza pública deja flamante el sitio, pero regresan los ‘meones’.