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Judicial
Guayaquil: Policía recibió una bala ajena
El agente llegaba a su casa cuando baleaban a un individuo, quien sobrevivió. En otro sector, desde un taxi amarillo asesinaron a un joven.
Lo que sería el fin de su jornada laboral, se convirtió en el inicio de su viacrucis. Un cabo segundo de la Policía Nacional, quien acababa de llegar a la puerta de su casa, recibió un tiro que no era para él, la noche del viernes 10 de diciembre, en la cooperativa Santiaguito Roldós, del sur de Guayaquil.
El agente, de 28 años, sufrió dos heridas en la pantorrilla derecha, ocasionadas por una bala que la atravesó, según se detalla en un informe preliminar del suceso. Y aunque las lesiones no ponían en riesgo su vida, el uniformado fue atendido en el sitio y luego llevado al hospital de su institución, en el norte porteño.
Hasta la mañana de ayer, el perjudicado seguía lejos de su hogar, específicamente a 11 kilómetros, en una cama de la casa de salud. Por recomendaciones médicas, estaba bajo observación. En su vivienda, en cambio, estaba su pareja, comentaron los vecinos, pero al llamar a la puerta nadie atendió.
Un lugareño contó que cerca de las 23:30, cuando el gendarme acababa de llegar, un criminal disparaba en contra de un vecino de la barriada. El sujeto, quien también resultó herido, corrió justo por el mismo parterre donde estaba el agente, quien no tuvo oportunidad de reaccionar.
En un escrito policial se explica que el arma del uniformado fue tomada por un oficial de Criminalística, mientras que su vehículo, que también sufrió un impacto de proyectil, fue llevado al patio de retención de la Policía Judicial.
Además, se deja claro que el chaleco antibalas fue entregado a Luis, el conviviente del gendarme.
Asesinato
La misma noche, cerca del sitio conocido como La Y, en Las Malvinas, José Luis Cedeño Beltrán, de 26 años, fue atacado a tiros por sujetos que se movilizaban en un taxi amarillo. La víctima fue llevada a un hospital cercano, pero en el sitio solamente se comprobó su muerte.
Este hecho violento y el anterior ocurrieron en el denominado distrito Esteros, considerado por la Policía como uno de los más peligrosos de la zona, después del Sur y Durán.