No son cementerios, pero albergan cadáveres. Dos sectores peligrosos de Guayaquil se han convertido en fosas comunes donde organizaciones criminales entierran a sus víctimas, luego de asesinarlas. La intención es desaparecer la huella del delito que han cometido.

La crueldad con la que actúan estos delincuentes afecta a familiares de ciudadanos, en muchos casos desaparecidos, quienes sufren al no saber dónde están sus seres queridos.

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Un investigador policial, que solicitó la reserva de su identidad, reveló que estas fosas están ubicadas en el noroeste, en la cooperativa San Francisco; y en el sur, en el golfo de Guayaquil, frente a las cooperativas El Cóndor y Batalla de Tarqui, y que en este último lugar ya en dos ocasiones se han encontrado osamentas humanas (ver la infografía).

El primer hallazgo se registró en agosto de 2022. La policía llegó al lugar, tras una alerta de asesinato. Sin embargo, al inspeccionar el sitio, se toparon con una escena más macabra. Siete cadáveres estaban enterrados. Tres de ellos pertenecerían a dos primos y el padre de uno de ellos, desaparecidos en octubre de 2021.

Leyton Roberto Pincay Reyes (de 39 años), su hijo Jordy Genaro Pincay Vimos (19) y su sobrino César Gerardo Mora Pincay (22) eran las víctimas. Ellos salieron hasta el sur de la ciudad con la intención de vender unas vitrinas, contaron sus familiares en una entrevista concedida a EXTRA 20 días después de su desaparición.

El agente explicó que casos como estos son frecuentes en el Puerto Principal, ya que en el sur hay una organización que realiza este tipo de actos criminales y luego ellos mismos sepultan a las víctimas.

“Los Lagartos es la organización que hace este tipo de actos. Lo hacen con sus contrarios, a quienes se meten a su territorio o a integrantes de su misma banda, a quienes consideran ‘sapos’. Y no es que los matan en otro lugar y allí los llevan, sino que los matan y los entierran allí mismo. Ese es su sello, su firma”.

El pasado 19 de julio también fueron encontrados tres cadáveres en el mismo sector, conocido como Punta Arrecha y en donde, para cruzar, se requiere de una canoa o de una embarcación para llegar al otro lado de la orilla.

“No solo son los que viven cerca de Punta Arrecha los que matan y botan los cuerpos en ese punto, sino toda esta organización que opera en el sector sur y busca ese sitio separado por el estero, al que lo han convertido en un cementerio clandestino”.

En el noroeste, exactamente en un sector cercano a la cooperativa San Francisco, también se han hallado osamentas de personas que fueron reportadas como desaparecidas.

“En la Policía estamos investigando estos espacios donde lamentablemente bandas criminales hacen y deshacen. Es su territorio de operación. En el caso del sur, solo podemos entrar con equipos de élite, el lugar es sumamente peligroso”, aceptó el oficial.

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