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Guayaquil: Negocios informales usan la creatividad para trabajar durante los apagones
Comerciantes ambulantes y aquellos que no cuentan con un local hacen maniobras para iluminarse y mantener las ventas, que han caído hasta un 50 %.
Ayudados con una motocicleta, a la cual le conectan un pequeño inversor de voltaje, que apenas alcanza a encender dos focos que sirven, uno para alumbrar la parrilla donde preparan los asados y el otro la mesa donde comen los clientes. Así trabaja durante los cortes de energía el comedor informal Los Mellizos, ubicado en la avenida Casuarina, al noroeste de Guayaquil.
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En este sector, uno de los horarios de los cortes de energía diarios programados para esta semana inicia a las 18:00 y culmina a las 21:00. “Justo a la hora que empieza a anochecer, a la gente le da hambre y sale a buscar qué comer. La clientela ha bajado un veinte por ciento y no ha sido más porque con los focos lo hemos evitado”, relató Enrique Montalván, propietario del restaurante.
Él reclamó que, al ser un negocio informal, que no tiene más que una parrilla rústica, una mesa larga y una decena de sillas plásticas de diferentes marcas, colores y tamaños, no cuenta con los recursos para invertir en un generador de energía que le permita trabajar con mayor iluminación y comodidad.
“Aquí ganamos para subsistir, no hay plata para invertir cuatrocientos, quinientos dólares en una planta (de energía); tras eso, desde que empezó esta tontera (los cortes), los negocios que los venden, en vez de ponerse solidarios, se han aprovechado para hasta duplicar los precios”, se quejó.
Arturo Macias, uno de los clientes de este negocio, agregó que normalmente suele ir y sentarse a comer con su esposa y dos hijos, pero que debido a los apagones optó por pedir para llevar. “En la casa tengo focos recargables, al menos allá no comemos a oscuras, vemos a qué le estamos metiendo el ‘cucharazo’”, explicó.
La moda está jodida
Otro negocio informal que ha visto sus ventas caer aparatosamente es el Orlin Solís, comerciante informal de ropa para hombres y mujeres. Él llega todos los días con unas cuatro maletas de viaje grandes, las abre y empieza a ‘perchar’ en el portal de un edificio en las calles 17 y Portete, en el Suburbio, al sur de Guayaquil.
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Sin embargo, debido a los cortes de energía, sus ventas han caído un cincuenta por ciento. “Esta semana la energía se va de 16:00 a 21:00. Durante la tarde algo se vende, pero cuando oscurece ya nada porque la gente no puede ver bien la ropa, los diseños, calcular si le queda bien. A ciegas nadie se atreve a comprar”, dijo mientras recogía la prendas y las doblaba para guardarlas. Eran las 19:00 y ya se veía obligado a terminar la jornada.
Solís mostró su molestia por lo que considera ‘indolencia’ por parte del Gobierno, pues además que “cambian los horarios de los cortes a cada rato y toda las semanas, ni siquiera los respetan porque la luz llega después (de lo previsto) o no se va. Pareciera que o no saben qué mismo están haciendo o simplemente están jugando con el pueblo”.
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