Su vestimenta era similar a la de un militar: pantalón y chaqueta con colores de camuflaje de selva y una camiseta interior verde oliva. Tenía también el cinturón oficial y la gorra, pero esta lo delató. 

El hombre, de 40 años, fue detenido la mañana de ayer en la Isla Trinitaria, en el sur de Guayaquil, donde miembros de las Fuerzas Armadas montaron un operativo con dos tanquetas de guerra, enfocado en el control de armas, municiones y explosivos (cames).

Las acciones se desplegaron, en paralelo, a las intervenciones que ejecuta la Policía Nacional para bajar el índice de    violencia delictiva que ha experimentado la ciudad en los últimos meses; particularmente,   las muertes violentas generadas por enfrentamientos entre organizaciones delictivas, que buscan mantener el control en determinados sectores para la venta de drogas, según han indicado las autoridades.

El coronel Eduardo Espín, coordinador entre las Fuerzas Armadas y la Policía, informó que estos controles se incrementaron en todos los sectores, tras la disposición presidencial y del ministro de Defensa, en apoyo a la ciudad de Guayaquil.

“Estos operativos se realizan a través de inteligencia militar (...) sin contar con la Policía Nacional”, explicó el oficial con base en lo que señala la Constitución sobre el control de armamento y explosivos. Añadió que en caso de delitos flagrantes, se interviene con agentes de la Policía Judicial y Fiscalía.

Espín mencionó que están también coordinando operaciones con la Policía, particularmente con los grupos especiales que desarrollan las intervenciones, enfocándose en la detención de presuntos responsables de muertes violentas (sicarios).

Explicó que, además, dependiendo el sector se está interviniendo con la Infantería de Marina en puertos y aguas internas, para poder cubrir todas las zonas, tanto por tierra como por agua. “Es nuestra misión intervenir y bajar el índice delincuencial con base en intervenciones amparadas en la Constitución para el control de armamento, munición y explosivos”.

Los operativos militares, a    diferencia de las intervenciones policiales, no tienen una fecha límite, según el oficial. “Se van a seguir realizando, no tenemos fecha exacta de cuánto van a durar, pero van a ejecutarse periódicamente”, sostuvo.

Mientras tanto, el operativo de ayer ya registró el primer detenido y no precisamente por el porte o tenencia ilegal de armas de fuego. Fue el hombre de 40 años vestido como militar, bajo el cargo de usurpación de uniformes e insignias, delito sancionado con prisión de 15 a 30 días.