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“Mataron al que no me daba dolor de cabeza”, afirma una madre que vio cómo asesinaron a su hijo
Dos de los descendientes de de Dannis Angulo están presos y ella ya se había resignado a verlos en un ataúd. Su vástago asesinado era su ‘oveja blanca’, pero se resistió a ser de los Tiguerones y le dieron ‘vire’
De los seis hijos de Dannis María Angulo González, Felipe Andrés Chalar, era quien, en la actualidad, la llenaba de orgullo y le daba sosiego a su corazón. Dos de sus descendientes están presos, uno en la Penitenciaría y otro en la Regional (cárceles de Guayaquil).
Felipao, como llamaban de cariño a Felipe, de 33 años, fue asesinado a tiros la mañana del viernes en el bloque 3 de la Balerio Estacio, noroeste porteño. El crimen ocurrió delante de su madre, quien no pudo hacer nada más que ver cómo su hijo caía desplomado producto de los disparos que recibió en el tórax y en la cabeza.
Danny María, de 60 años, cobraba el bono de desarrollo humano, en una tienda cercana a su casa, cuando llegaron los pistoleros y comenzaron a disparar, Felipe, el tercero de sus vástagos, no pudo escaparle a la muerte.
“Todos corrían, tratando de evitar ser alcanzado por una bala. Yo me metí a la tienda y veía a mi hijo, quien estaba parado en la cuadra de al frente, que se cogió el abdomen, luego lo vi caer al piso, uno de los asesinos se acercó y lo remató. Parecía una pesadilla”, relató con su voz entrecortada la mujer nacida en la provincia de Esmeraldas.
Reveló que Felipe había tenido problemas con la justicia y que fue detenido dos veces, una por asociación ilícita y otra por delincuencia organizada, pero que al salir de prisión le había prometido enmendar su vida, por ella y por sus hijos.
Felipe Andrés trabajaba en una bloquera y se dedicaba al deporte. A las 16:00 del viernes, tenía un partido en Parque Samanes, ya le habían dado el uniforme y eso lo tenía contento, motivado, contó la progenitora.
“Mi dos hijos menores son terribles, andan robando. Si hubiesen sido ellos, quizás yo descansaba de ese tormento, ellos salen y entran de la cárcel, antes de caer presos se amanecían en la calle, andaban celebrando, tomando y nunca les pasó nada. Felipe era de su trabajo a la casa. Me mataron al que no me daba dolor de cabeza”, manifestó la señora.
Sostuvo que el asesinato de Felipao, quien tenía 4 hijos, todos menores de edad, fue porque se rehusó a pertenecer a la organización criminal Los Tiguerones, y que estos habrían jurado vengarse. Los asesinos llegaron en motos y en carros, eran más de 10 personas. (AEB)
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