¡Con cocacho y cabeza ‘abierta’ se fue a quién sabe dónde! El hombre que se hizo famoso en redes sociales por un video en el que recibe un golpe luego de amedrentar con una jeringa, supuestamente infectada, a pasajeros de un bus, solo pensaba en recoger las monedas que cayeron de su pantaloneta.

Él alegaba que ese dinero sería para comprarle comida a su hija, según uno de los testigos del hecho que ocurrió en la avenida Plaza Dañín, al pie de una pequeña plaza comercial del norte de Guayaquil. 

“Eran bastantes monedas de un dólar, siquiera unas 40 en total”, calculó ‘al ojo’ Gabriela Osorio, quien labora en un local de comida del shopping. 

Ella estaba en su turno, a las 14:00 del jueves 18 de agosto, fresca como la lechuga, cuando hicieron la bulla y se ‘comió’ todita la película, que también quedó registrada por las cámaras de los curiosos. 

“El chico de camiseta naranja venía en el bus, en la 42. Cuando otro de los pasajeros lo empujó, él fue quien le pegó porque venía amenazando con una jeringa con aguja diciendo que si no le daban plata los infectaba con VIH. Luego, quedó ahí en la calle como desmayado por algunos segundos”, manifestó. 

La joven añadió que después del primer ‘tute’, recibió otros golpes en el cuerpo, por lo que toda su ropa quedó ensangrentada.

Pero la ‘vaina’ había empezado minutos antes, cuando el de camiseta naranja vio cómo le exigía dinero a una mujer con un bebé en brazos. 

“Él aquí comentaba que por eso tomó esa actitud”, recordó la mujer, que también se asustó por tremendo alboroto. 

Según Gabriela, la reacción del ‘mano de acero’ de la Plaza Dañín no fue en vano, porque parecía que el amedrentador sí llevaba sangre en la jeringa. “Se veía algo rojo allí. No sabemos si era verdad lo que decía o no, pero sí estaba llena”. 

Pero el golpeado no se quedó calladito ni tranquilito. EXTRA tuvo acceso a otros dos videos, aparte del primero que circuló en redes. En ambos, el afectado grita lo que le haría al hombre de la camiseta naranja. “¡Vas a ver que te voy a arrastrar!”, vociferaba el golpeado desde el piso. 

Gabriela contó que luego de eso, el tipo se levantó despacio y caminó como persiguiendo a su enemigo. “Llamaron a la ambulancia y a la policía, pero no llegaron. Tampoco tiene que haber llegado muy lejos. Iba tambaleándose y estaba perdiendo bastante sangre”. 

A pesar de todo, lo que más asombró a Gabriela y a una compañera de trabajo fue el ‘guiso’ que llevaba el sujeto. “¡Hubiera visto la cantidad de plata que llevaba! Hasta se le caía el pantalón de lo pesado que tenía el bolsillo”, comentaron entre risas.