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Guayaquil: El espanta pillos de la avenida Quito
En Guayaquil, un comerciante venezolano ‘sacó soplado’ a un delincuente que pretendía quitarle la cartera a la pasajera de un taxi.
“Tu video está en las redes sociales, tiene muchas visitas y ‘me gusta’, eres famoso”. Así reaccionó la esposa de Víctor Martínez al ver la filmación en la que su amado evita que le roben a la pasajera de un taxi, en la avenida Quito y Colón, en el centro de Guayaquil.
El ‘héroe’ ríe al recordar las expresiones de su pareja. Su acción valiente se difundió entre los internautas y fue aplaudida por ciudadanos.
Esa reacción generalizada, que a él tanto le sorprende, es plenamente justificada. La urbe porteña está sumida en una ola delictiva, con pillos y sicarios impunes, que un acto así resulta un respiro a la inseguridad.
Víctor, nacido en el estado de Aragua, en Venezuela, cuenta que el hecho ocurrió aproximadamente a las 15:00 del martes pasado, mientras vendía sus cables de conexión y cargadores para celulares en esa zona. Un individuo al que vio recostado sobre un carro pegado a la acera llamó su atención.
“Lo vi raro, sospechoso. Estaba mirando como quien busca algo. Uno de tanto estar aquí en el sector ya se da cuenta cuando alguien anda en cosas extrañas”, refiere.
Segundos después comprobó que tenía razón al desconfiar. El hombre se acercó a un taxi que se detenía ante la luz roja del semáforo y abrió la puerta trasera derecha.
Víctor se percató de que era un ‘choro’ y que pretendía quitarle el bolso a una mujer que iba en ese auto. El comerciante de ‘una’ se le acercó para increparlo por su fechoría.
“Le grité: ¡Ey, ¿qué vas a hacer?!, ¡muévete de aquí, me estás perjudicando en mi trabajo”, cuenta.
El hampón, al notar que fue descubierto, no le quedó otra que ‘sacársela’ de ahí sin lograr quitarle la cartera a la señora.
Víctor lo siguió hacia la acera de enfrente, en el lado oeste de la avenida Quito, hasta ver que el delincuente huía hacia la calle Pedro Moncayo.
Luego del incidente sus ‘panas’, quienes venden otros productos aprovechando el semáforo de esa esquina, lo felicitaron, al igual que quienes ‘camellan’ en locales aledaños. Incluso le ofrecieron ‘frentear’ con él a la delincuencia en caso de haber otro robo.
“No me creo valiente, me dio temor en ese momento, pues no sabía si el tipo estaba armado. Pero también no quiero que me perjudiquen porque mis compañeros y yo vendemos por aquí y estas malas acciones nos afectan porque la gente después desconfía hasta de nosotros”.
Dice que, en total, son 22 comerciantes los que laboran en la Quito, en el tramo de Capitán Nájera hasta Colón. Usan chalecos amarillos reflectivos, justamente para que los identifiquen como expendedores.
Víctor está dispuesto a intervenir las veces que sean necesarias para evitar que la delincuencia arremeta a quienes circulan por su lugar de trabajo.