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En esta vivienda, de color verde, las víctimas observaban el encuentro futbolístico.JUAN FAUSTOS SANDOVAL

Guayaquil: 'Encomendaron' a jóvenes baleados en la Isla Trinitaria

La madre de crianza de una de las víctimas relató que, tras el suceso, los heridos “recibieron a Cristo”. Lugareñas oraron en el sitio por ellos.

El encuentro entre las selecciones de Ecuador y Chile acababa de empezar. Eran las 16:05 del domingo 5 de septiembre. Apenas habían pasado cinco minutos desde el pitazo inicial y un grupo de tres amigos disfrutaba del ambiente futbolero en una casa de la cooperativa 3 de Mayo, de la Isla Trinitaria, en el sur de Guayaquil.

Tenían cervezas y una pantalla grande. Eso atrajo a cerca de siete vecinos, quienes se habían acomodado junto a la puerta para ver, desde el exterior, el partido. Es por eso que ellos fueron los primeros en correr cuando vieron que un sujeto, que bajó desde una moto, se acercaba con un arma de fuego en las manos.

El individuo ingresó al inmueble y descargó los proyectiles de su arma en contra de Rodolfo Yicelo Moreno Ferrín, Carlos Alejandro Castro Tenorio y otro amigo, identificado como Ariel.

Los fallecidos serían llevados a Limones, sector esmeraldeño en la frontera con Colombia, para su sepelio.

Este último, quien fue el único sobreviviente al ataque, permanecía bajo pronóstico reservado en el Hospital General del Guasmo, del sur porteño.

Rosa Monroy, madre de crianza de Rodolfo Moreno, precisó que las víctimas tenían entre 24 y 26 años. Además, sostuvo que no registraban antecedentes penales. Eso fue confirmado por el jefe distrital de la Policía, coronel Francisco Zumárraga.

El oficial recordó que “minutos antes de que se produzca el evento, nuestras unidades pasaron por el sector haciendo ingresar a los moradores, para evitar, en la noche, libadores en la vía pública”.

No obstante, lo que su presencia no logró impedir fue la llegada de los dos criminales que cometieron el hecho violento, pues los vehículos policiales acababan de salir del lugar cuando los sujetos ingresaron, contaron los lugareños.

Bien vestidos

En la grabación de la cámara de seguridad de una casa, se observa que los individuos se movilizaban en una moto tipo Pulsar, negra, y que ambos vestían de forma similar: zapatos deportivos, jean y camisas de mangas largas. Además, portaban cascos negros.

“Podemos presumir que esto no se trata de un hecho delincuencial común...”, sostuvo el jefe policial del sector, sin precisar cuáles serían los motivos, pues aclaró que de eso se encargarían las unidades especiales.

Les oraron

En medio del dolor, Rosa Monroy dijo que sentía algo de sosiego, porque las víctimas, antes de morir, “recibieron a Cristo”. Y relató que “media hora antes, cuando llegué de la iglesia, les dije que Cristo los amaba. Sé que lo aceptaron, porque cuando unas hermanas les oraron (tras ser baleados), ellos se movieron en señal de que lo recibían en sus vidas...”.