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Guayaquil: Dos emprendimientos reactivan a la Comuna Casas Viejas
Dos jóvenes se arriesgaron a abrir negocios en el olvidado sector casas viejas, en chongón
En un camino lastrado en el que hay matas, arbustos y polvo, a diez minutos en carro del kilómetro 22 de la vía a la costa, en la comuna Casas Viejas, Javier Ávila vio lo que otros no: un lugar con potencial para desarrollar un paradero gastronómico que le diera vida y movimiento comercial a esta localidad, la cual, asegura él, ha sido olvidada por las autoridades.
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“Decidimos emprender en el sector porque nos dimos cuenta de que aquí hay lugares para distraerse y pasar tiempo en la naturaleza. Hay una pista para vehículos todoterreno, un río y una laguna, pero no había un espacio para comer bien y entonces hace un año y medio decidimos poner nuestro asadero, Bistro Bisón”, relata.
¡Ojo!, en el lugar no se ofrece carne de este animal, pero sí una variedad de platos que han ganado fama entre los residentes y trabajadores de la zona.
Las hamburguesas y las ‘picaditas’ son los platos favoritos de sus clientes, quienes incluso viajan desde lejos para degustarlos. Para llegar desde Guayaquil, el viaje dura unos 40 minutos.
Una prueba del reconocimiento que se ha ganado es que todo vehículo que pasa por esta ruta se toma la molestia de sonar el claxon y sacar la mano en señal de saludo. Además, ya conocen su horario de atención: de 13:00 a 19:00 de martes a sábado.
“Vienen muchos trabajadores de las fincas y gente que ya nos conoce del tiempo que tenemos aquí. Nosotros mismos hacemos los aderezos, elaboramos el pan y los condimentos con los que se cocina la carne”, detalla Javier.
Bien ‘peluqueados’
A unos 500 metros de distancia del comedor, Yende Ríos también vio potencial en la zona para abrir una barbería a la cual no le ha puesto nombre, aunque indica que tampoco lo necesita, pues el sector y lo llamativo del sitio bastan para hacerlo destacar.
En vez de buscar un espacio entre cuatro paredes para colocar los mesones, sillas y espejos de su peluquería, él optó por una estructura tipo contenedor, la cual ubicó a un lado de la carretera, de manera que los que transitan por allí se detienen para admirar qué hay en el lugar.
“Llegué a Ecuador hace dos años y medio a trabajar en la construcción, pero tuve un accidente en moto que me lesionó la rodilla, no podía hacer mucho esfuerzo y por eso tuve que dejar ese trabajo. Ya tenía los conocimientos de barbería y al no tener dinero para pagar un arriendo, opté por construir esto y colocarme en esta zona que está alejada, pero es la única ruta de acceso y todos me ven al paso”.
Pese a lo aislado del sector, en los nueve meses que lleva ‘camellando’ en Casas Viejas ya se ha conseguido un número importante de clientes, quienes llegan por su buena mano con las tijeras, afeitadora y máquina. “Atendemos solo a hombres. El corte cuesta cuatro dólares y hacemos cualquier peinado y estilo”, afirma Yende, quien es acompañado durante la jornada por su pequeña hija de siete años.
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