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El barrio 'La 18' luce vacío durante las horas en la que no hay energía eléctrica en el sector.Archivo / EXTRA

Guayaquil: Apagones tienen a los centros de diversión para adultos al borde del nocáut

Dueños de bares y discotecas se quejan de que los cortes son a la hora en que las ventas están prendidas. Piden que estos se programen de mañana

Jodidos, chiros y ahora también acalorados están los propietarios de los centros de diversión para adultos de Guayaquil, debido a los apagones en el país.

“Las desgracias nos suceden una tras otra”, aseguró Brenda Rentería, dirigente de la Asociación de Propietarios y Arrendatarios del barrio la 18, el cual agremia a unos 50 negocios del también conocido como ‘Barrio de tolerancia’.

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Rentería recapituló que primero los perjudicó la pandemia de COVID-19, luego, cuando aún no se recuperaban de este problema, les siguió el estado de excepción decretado el pasado 8 de enero y que se extendió por tres meses, hasta el 7 de abril; ahora, los apagones son el inconveniente que los tiene sudando... pero frío, por la preocupación del perjuicio económico.

A esto hay que sumarle el incremento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) del 12 al 15 por ciento, desde el pasado 1 de abril, lo que obligó a los negocios de la 18 a subir el precio de la biela 25 centavos adicionales, lo que también ha espantado a los clientes.

La dirigente considera que los cortes de energía deberían ser establecidos dependiendo las actividades que haya en los diferentes sectores. “Si los cortes fueran de mañana, no habría mayor inconveniente para nosotros, pero si son en la tarde o noche, nos perjudican totalmente porque no hay música, la cerveza se calienta y así el cliente no se queda”, explicó.

“Si la luz se va a las diez de la noche y vuelve en dos horas, el cliente no vuelve, toca cerrar”Jorge Pinargote, propietario de salsoteca

Les toca cerrar temprano

En Cabo Rojeño se atiende hasta la hora que se corta la energía. Luego cierra.Alex Lima / EXTRA

Jorge Pinargote, propietario de la salsoteca Cabo Rojeño, en el centro porteño (Rumichaca entre Luis Urdaneta y Junín), coincidió con Rentería en que en las zonas donde funcionan los centros de diversión deberían programarse los cortes durante la mañana o tarde para no afectar su actividad.

“El miércoles la luz se fue como a las 10 de la noche, cuando había clientes adentro del negocio. Cuando se cortó la energía, todo el mundo salió y esperar a que vuelva para seguir atendiendo no resulta. El negocio está malo y cada vez nos perjudican más”, expresó contrariado.

En un recorrido de EXTRA por la Zona Rosa el jueves 18 de abril, también en el centro de la urbe, se pudo comprobar que muchos negocios cerraban sus puertas poco antes de la medianoche, hora a la que estaba previsto un corte de energía de cuatro horas.

“Justamente a la hora en que tenemos más ventas se va la luz”, se quejó el administrador de un bar de la zona que prefirió no identificarse. Los únicos negocios que pudieron seguir atendiendo y con ciertas restricciones (poca iluminación y acondicionadores de aire apagados) fueron unos seis locales que contaban con generadores de energía.

“Primero pandemia, luego toque de queda, después el IVA y ahora apagones. Nos cae un mal tras otro”.Brenda Rentería, dirigente gremial

Se aprovechan de la situación

En la 18 hay pocos clientes porque la ‘biela’ está caliente y los cuartos para el ‘cuerpeo’ son unos saunas.Alex Lima / EXTRA

Sin embargo, no todos los locales tienen los recursos para invertir en una de estas plantas generadoras, pues “las tiendas se están aprovechando y han hasta duplicado los precios. Hace unos meses coticé una en 400 dólares, esta semana que volví a preguntar, ya la estaban vendiendo en $ 1.000 o más. No se puede invertir tanto porque ni sabemos si los apagones durarán unos días o serán semanas”, concluyó Rentería.

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