Una mañana familiar terminó en tragedia. Un abuelo y sus dos nietos, adolescentes, fallecieron arrollados por un carro conducido por un hombre, que tenía 2,8 grados de alcohol en la sangre, diez veces más de lo permitido por la ley (0,3).

El vehículo responsable del percance, un Chevrolet Sail, color rojo, con placa GSZ-7625, era manejado por José Ignacio Zambrano Cabrera, quien fue aprehendido por miembros de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM) y puesto a órdenes de las autoridades judiciales.

El accidente se registró a las 08:00 de ayer, en el kilómetro 10,5 de la vía a la costa. Los cuerpos de las tres víctimas, Bosquito de Jesús Mora y de sus nietos, de 17 y 15 años, quedaron sobre la calzada. El vehículo terminó volcado y estrellado contra una pared (ver infografía).

A los pocos minutos arribaron sus familiares, quienes no podían creer que una mañana deportiva terminara en una desgracia que le arrebató la vida a tres de sus seres queridos, justo en el Día del Padre.

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El capitán José Rivas, de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT), explicó que las víctimas participaban en la ciclovía, que esperaban que las puertas de un local, situado frente a donde estaban sentados, abriera para alquilar una bicicleta.

“El conductor salió del carro por el asiento del copiloto. Trató de huir del lugar, pero fue aprehendido por un agente. Pidió que se lo llevaran, temía por su vida. Estaba alcoholizado”, explicó.

En la página de la ANT consta que Zambrano Cabrera registra cuatro citaciones: una en el 2018, por conducir un vehículo con películas antisolares; dos en el 2019, una por desobediencia a la orden de un agente de tránsito, y otra por no mantener la distancia prudente; y una cuarta en el 2020, por utilizar el teléfono mientras conducía. Sin embargo, el vehículo en el que iba a bordo aparece con 14 multas de tránsito, siete por exceso de velocidad, seis en Guayaquil y una en Santo Domingo.

La camioneta involucrada en el percance, la misma que sufrió el roce del vehículo rojo, era conducida por una mujer, quien también fue puesta a órdenes de las autoridades.

Quienes realizan ciclismo en este espacio de la vía a la costa manifestaron que no es la primera vez que una persona es arrollada en ese espacio destinado para quienes disfrutan de este deporte.

Javier Altamirano, quien reside en Los Ceibos, pedaleaba por este sector de la vía a la costa cuando se topó con la tragedia. Mientras observaba el levantamiento de los cuerpos, manifestó que “esto es constante y que los conductores no respetan al ciclista. Esto es en todos lados, no es posible que no midan las consecuencias, ¡qué irresponsabilidad!”.

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