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Carolina Cajamarca llegó ayer a la morgue para retirar el cuerpo de su esposo Job Medina.CHRISTIAN VASCONEZ

Guayaquil: Su cita con panas terminó en la morgue

En menos de 6 horas asesinaron a dos en el suburbio porteño. A una de las víctimas, su esposa e hijos, aún lo esperaba en casa. Policía sostiene que los dos crímenes fueron por territorio para la droga.

La llamada telefónica que la madrugada de ayer recibió Carolina Cajamarca atormentó su mente y la llenó de incertidumbre. Una de sus hermanas le comunicó que habían baleado a su conviviente y padre de sus dos hijos, Job Ariel Medina Ureña.

Por esta razón, a las 07:00 de ayer -la mujer quien llegó con sus dos hijitos en brazos- acudió hasta el Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses de Guayaquil para constatar si la víctima mortal era su amado.

“Me resisto a creer que sea el padre de mis niños. Él salió a las siete de la noche de mi casa en la parroquia Chongón. Me dijo que volvía enseguida, que no me preocupara. Seguramente está con sus amigos y se trata de una equivocación”, manifestó con esperanza la mujer.

Minutos después, unos policías y familiares le confirmaron lo que tanto temía: el cadáver que había ingresado la madrugada de ayer a la morgue porteña sí era el de Job.

Todas estas muertes se dan por el microtráfico, que tiene relación con el robo a personas”.Wilson Torres, distrito Portete

El joven, de 27 años, fue baleado a las 23:00 del viernes en una esquina de las calles 22 y Venezuela, en el suroeste de Guayaquil. Recibió un disparo en el tórax. Sus verdugos llegaron en una motocicleta.

MATONES BUSCABAN A EMA

Seis horas antes, también en el suburbio, en la 44 y Callejón H, fue asesinado a tiros Juan Leonardo González Pincay, de 28 años, quien era conocido con el alias de Chiro.

Dentro de esta casa fue acribillado Juan González Pincay. La Policía recabó indicios.Amelia Andrade

Sus victimarios, al igual que los de Medina, también llegaron en una moto. Estos lo siguieron hasta un domicilio donde lo llenaron de plomo.

El coronel Wilson Torres, jefe del distrito Portete, informó que las dos muertes fueron consecuencia de la lucha por territorio para el expendio de droga. “Todos estos crímenes son por microtráfico. Los dos muertos eran consumidores. En el caso del Chiro, su conviviente también consume. Creemos que los sicarios iban en contra de la dueña del inmueble, que ya fue allanado varias veces”, sostuvo el jefe policial.

Agregó que la mujer a quien buscaban los matones es Ema Benavides Chichande, de 41 años, y que registra siete procesos judiciales, seis por tráfico de droga y uno por robo.

“Estas muertes ocurren cerca de las orillas del estero, porque muchas veces son el punto de llegada y de huida, lo hacen a través de lanchas”, puntualizó el jefe policial del distrito Portete, donde hasta ayer ya se registran 29 asesinatos, 11 más que el año pasado, en el mismo período.