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Segundo Mercado observa los desechos que sacaron de la tubería.Christian Vinueza

¡En el Guasmo Norte, los moradores tienen una brisa 'apestosa'!

Cada cierto tiempo, ellos se unen para limpiar la tubería de aguas lluvias, pero al día siguiente los puercos vuelven a taparla. Ruegan por un cerramiento en el callejón para evitar ‘choreos’.

Por Milka Franco

15 de junio, 2022

Los vecinos de la cooperativa Brisas del Guayas, en el Guasmo norte, se unen para limpiar una tubería de desfogue de aguas lluvias, pero a los pocos días se vuelve a tapar con basura. ¡Están hartos!

Aseguran que son personas de otros sectores los que llegan hasta este barrio, conformado por unas 100 familias y asentado a orillas del río Guayas, para depositar su cochinada que también provoca una tremenda pestilencia.

Solo el pasado 23 de mayo, con ayuda de maquinaria pesada, extrajeron el equivalente a un camión recolector repleto de porquerías. “Tuvimos que darle para las colas a un amigo que parquea cerca una excavadora para sacar toda la basura” contó Christian Bazurto, quien reside desde hace 35 años del sector.

Una semana después de la intervención de los moradores, los restos de basura todavía estaban en el filo de la tubería.Christian Vinueza

Marco Villamar, otro vecino, considera necesaria una medida más restrictiva para el constante uso del lugar como basurero. Hace dos años fue la última vez que un camión de la anterior empresa recolectora de basura de la ciudad acudió para destaponar la tubería y adecentar la orilla. “Quedó todo limpio, pero al poco tiempo ya estuvo otra vez lleno”.

Callejón inseguro

Para la comunidad, el taponamiento de la tubería es uno de los problemas más viables para solucionar, no así la inseguridad.

Su temor crece en las noches porque el sitio se ha convertido en la guarida de consumidores de drogas. “Esto lo ven como callejón abandonado y somos nosotros los que peligramos porque no sabemos quiénes son los que se acercan” afirmó Bazurto.

Para Segundo Mercado, residente desde hace 60 años, sería ideal que el Municipio levante un cerramiento para impedir el paso de los puercos, fumones y delincuentes.

También anhelan que este espacio sea aprovechado para actividades de recreación, ya que “la brisa es rica”, dice Luis Mercado, residente que lleva 40 años en este barrio.