En el Guasmo, sector situado en el sur de Guayaquil, la inseguridad y la cantidad de muertes violentas -29 hasta este 11 de febrero de 2022-, hacen que sus habitantes respiren miedo...

Diecinueve días después de la masacre que dejó cinco muertos y nueve heridos en la zona conocida como Playita del Guasmo, a las 21:40 del jueves, a escasos 100 metros, en la cooperativa Amazonas 2, se perpetró otra matanza. Esta vez fueron cinco las víctimas, cuatro de ellas fallecieron y una se encuentra hospitalizada.

Los occisos son Víctor Ramón Loor Tutivén, de 21 años, Diego Arturo Gurumendi Flores (41), Francisco Javier Valencia Arroyo (30) y un adolescente, de 16. El herido fue identificado como Eliu Jonathan Valencia Arroyo (20).

Los asesinos llegaron en un vehículo Tucson, color azul y con una ametralladora y sin bajarse del carro descargaron más de 20 tiros. Las personas baleadas quedaron sobre la vereda. En su desesperación por salvar la vida de sus seres queridos, parientes los embarcaron en un auto y los llevaron a un hospital del sur. Sin embargo, tras comprobarse su fallecimiento, los trasladaron al Laboratorio de Criminalística.

A este sitio llegaron ayer sus familiares. La hermana de Víctor Loor contó que él salió de su domicilio para jugar índor y que de regreso se quedó conversando con sus ‘panas’. “En esta guerra sin cuartel que se vive en el Guasmo, caen los que son y lo que no son. Mi ñaño era un chico sano, no debía morir aún. Esta zona se ha vuelto invivible”, dijo la joven.

"NOS DA TERROR SALIR DE CASA"

Pero no solo los familiares de las víctimas viven en una constante angustia. José Romero, habitante de esta zona porteña, recordó que sus vecinos estaban conversando afuera de una casa, donde hasta minutos antes habían realizado trabajos de albañilería. “Ya no se puede vivir en el Guasmo. Nos da terror salir de casa. A mis familiares les pido que no salgan, que ni se asomen a la ventana, menos que se sienten en el portal. Aquí estamos en zozobra. Es la segunda matanza”, expresó.

Otra moradora, Sandra Patiño, dijo que la desgracia pudo haber sido peor, porque a esa hora los padres salen a jugar con sus hijos. “Los niños andan en bicicleta o se ponen a correr y suelen pararse en esa esquina. A la hora de disparar, a los criminales no les importa nada”, lamentó la mujer, quien es madre de dos nenes.

El teniente coronel José Luis Erazo, subcomandante del distrito Sur, explicó que por su peligrosidad el sector está intervenido por unidades especializadas. “Nosotros realizamos operativos en este sector. Se ha solicitado a los ciudadanos que eviten reunirse o aglomerarse en la vía pública, porque esto es aprovechado para acciones delictivas”. (AEB)