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El clip fue el primer objeto que intercambió el hombre de 31 años.CANVA

Se ganó un terreno a cambio de un clip

Después de que varios bancos le negaran una hipoteca, decidió probar suerte con un juego que consiste en canjear objetos pequeños por otros más grandes

Un habitante de la ciudad rusa de Angarsk, en Siberia, consiguió intercambiar un simple clip por un terreno gracias a un popular juego, informan medios locales.

Ruslán Chistiakov vive en un pequeño apartamento alquilado junto con su mujer y su hijo. Cuando se enteró de que su esposa estaba embarazada por segunda vez, decidió hacer algo para mejorar sus condiciones de vida. Intentó comprar una vivienda más grande con una hipoteca, pero varios bancos rechazaron prestarle el dinero.

Entonces, el hombre, de 31 años, se acordó de un viejo juego conocido como 'Bigger and Better' (Más grande y mejor), en el cual los participantes tratan de canjear objetos pequeños por otros cada vez más grandes y valiosos. Gracias a esta cadena de trueques, hace 15 años el canadiense Kyle MacDonald logró cambiar un clip rojo por una casa -lo que le hizo ganar fama mundial- y Ruslán decidió probar suerte para repetir su éxito.

El ruso compró una caja de clips por menos de un dólar y empezó a jugar en su trabajo. Primero, intercambió un clip por un juego de lápices de colores, luego, por una batería externa y más tarde por una estación de radio con cuatro micrófonos. Con la ayuda de su amigo Víktor, Ruslán grabó sus intercambios y compartió los videos en sus cuentas de Instagram y TikTok.

Ruslán consiguió de esta manera volverse cada vez más popular y tener cada vez más propuestas de trueque. Así, el siguiente paso para conseguir su sueño fue una consola PlayStation. Menos de un mes después, hizo su quinto y hasta el momento último intercambio, que le llevó a hacerse dueño nada menos que de un terreno de 900 metros cuadrados ubicado cerca de la ciudad de Irkutsk.

"No esperaba este giro de acontecimientos", comentó el hombre en uno de sus videos. "La gente resultó ser lo más importante en este experimento", afirmó.

Ruslán no piensa detener su experimento y sueña con poder recibir finalmente un apartamento o una casa. "Me preguntan por qué no pedí un apartamento o el dinero para comprarlo en las redes sociales. Pero ni se me ocurrió. ¿Para qué pedir? Yo mismo tengo que actuar. Lo que hago ahora es mucho más interesante que mendigar algo", concluyó.