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La fiesta de las culturas
Integrantes de los pueblos ancestrales se reunieron en La Libertad para fomentar sus costumbres. El evento atrajo a locales y extranjeros.
Al ritmo de marimba, los afrodescendientes de la Península de Santa Elena pusieron a bailar a las decenas de personas que se congregaron en la explanada del Municipio de La Libertad para ser testigos del encuentro de interculturalidad de pueblos y nacionalidades de la Costa.
Afros, montuvios, guancavilcas y cholos asistieron, el pasado lunes, a una feria en la que cada pueblo mostró sus costumbres y tradiciones, a través de participaciones artísticas, gastronomía y relatos de cuentos característicos de cada lugar.
Juan José Quiñónez, presidente de los afros, destacó que el objetivo de integración fue compartir con cada una de las nacionalidades las características que mantienen en común y lo más importante que la modernización no termine con la rica cultura ancestral que poseen.
En la gastronomía, los cholos hicieron gala del dulce de zapallo, mientras que los afros del tapao y la cocada.
Los montuvios ofrecieron la carne de venado asada en hojas de plátano. “Está delicioso, todo está rico”, dijo Cecibel Santos, quien viajó desde el puerto de Anconcito para disfrutar de las presentaciones.
El gestor intercultural, Javier Blum, efectuó la denominada danza zoomorfa, dedicada a los animales considerados dioses de época ancestrales; así mismo, practicó un rito de reverencias a la madre tierra por la producción de cultivos.
Alexandra Borbor Echeverría, representante del pueblo Guancavilca, fue electa como la Reina de la Interculturalidad.
Al poeta peninsular, Aníbal Naula Parra, le tocó proclamar a su soberana.
Las canciones populares de antaño fueron interpretadas por los artistas del pueblo cholo, al igual que los bailes típicos en donde intervinieron los grupos folclóricos de la parroquia José Luis Tamayo (también conocida como Muey). Los participantes se centraron en ritmos costeños.
La jornada culminó con el rodeo montuvio. Jinetes entre hombres y mujeres demostraron cómo domar a los potros, así como enlazarlos cuando salían a precipitada carrera.