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¡Festín de plomo y muerte en Guayaquil!
Las cifras de crímenes son alarmantes en la ciudad. Los asesinatos superan a los de 2020. En dos de los tres últimos sucesos, cayó gente inocente
Solo en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), los asesinatos se han ‘disparado’ en lo que va de 2021. Transcurridos 192 días del año, se han registrado ya 306 muertes violentas, según datos proporcionados por la Policía.
El último suceso, que cobró la vida de dos personas y dejó a otras dos heridas, ocurrió la noche del domingo 11 de julio, en las calles Calicuchima e Ismael Pérez Pazmiño, en el suroeste de la ciudad.
De acuerdo a información de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida y Muertes (Dinased), los matones llegaron en un auto Chevrolet, color azul, sin placa y con vidrios polarizados. De este automotor descendió un hombre armado, quien ingresó hasta el establecimiento y disparó a cuatro de las personas que se encontraban consumiendo alimentos y bebiendo.
Sorprendidos por la muerte
Las víctimas mortales de este hecho son los primos: Christian Efraín Álvarez Chango, de 40 años, y Darwin Manolo Chango Pacha, de 39.
Miguel Álvarez, padre y tío de los asesinados, respectivamente, manifestó que ellos habían salido de su hogar, ubicado a media cuadra del local donde fueron baleados, aproximadamente a las 12:00.
“Mi hijo y mi sobrino fueron a jugar vóley en una cancha deportiva localizada en la vía a Daule, estaban muy animados. Luego regresaron de jugar como a las 20:00 y en vez de ingresar a mi domicilio se fueron a comer y beber en el local de la esquina. Les dije que se quedaran en casa, que no salieran, pero no hicieron caso”, contó con su voz entrecortada el progenitor.
El adulto mayor mencionó que su sobrino Manolo era oriundo de Ambato y que había llegado un día antes a Guayaquil para dejar mercadería en su local de ropa ubicado en el sector de la Bahía, en el centro de la ciudad.
También manifestó que Chunchi, como llamaba de cariño al mayor de sus dos hijos, trabajaba en la recicladora de la cual él es el propietario.
“Mi sobrino y mi hijo no se metían con nadie, eran personas sanas, no tenían antecedentes. Al parecer buscaban a otra persona y los confundieron. Manolo debía regresar hoy a Ambato y ahora se va en un ataúd”, expresó con consternación Álvarez.
En el sector, moradores manifestaron que el negocio donde fueron baleados los cuatro hombres comenzó a funcionar hace 15 días y que allí venden comidas y bebidas alcohólicas.
Equivocación mortal
El general Fausto Buenaño, comandante de la Zona 8 de Policía, informó que de acuerdo con las investigaciones, se ha podido establecer que el hecho criminal estaba dirigido a otro individuo, quien estuvo en el lugar minutos antes y registra antecedentes penales.
“Al parecer, estas personas son víctimas colaterales. Policías de la Dinased investigan para dar con los causantes. Los fallecidos no tienen antecedentes penales”, informó el comandante zonal.
Una fuente de la Policía reveló que a la persona a la que supuestamente buscaban los matones es conocida con el alias de El Mocho y que minutos antes de la balacera abandonó el negocio.
“Los sicarios, al parecer, se equivocaron. El hombre al que buscaban ya ha sufrido atentados en días pasados y sería miembro de una banda narcodelictiva que opera en esta zona y que disputa con otras organizaciones el territorio para la venta de droga”, mencionó el investigador.
Pasadas las 12:00 los cuerpos de los primos fueron retirados del Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses y llevados hasta las calles Maldonado e Ismael Pérez Pazmiño, para ser velados. Luego los restos del ambateño fueron trasladados a su tierra natal.
Comandante Zona 8
Mientras tanto, los familiares de otro de los baleados, José Antonio Villón García, quien recibió un disparo en la cabeza y otro en el abdomen, tienen la esperanza de que pueda sobrevivir. Hasta el cierre de esta edición se encontraba asilado en un hospital bajo pronóstico reservado. En este caso, hay otro herido más.
Correteado a bala
Cuatro horas antes de este suceso se produjo otro asesinato, esta vez ocurrió en la cooperativa Primero de Marzo, en el Guasmo norte de Guayaquil. Aquí la víctima fue John Anthony Almeida Salazar, de 22 años.
Su madre, Emma Salazar, contó que su hijo se encontraba jugando vóley con un grupo de amigos cuando llegaron dos hombres en una motocicleta blanca y le dispararon.
“Todos corrieron, pero al parecer mi muchacho se cayó y ya en el piso lo remataron”, comentó la señora.
La progenitora aseguró que John no registraba antecedentes y que residía en la ciudadela El Recreo de Durán, pero que con frecuencia llegaba a Guayaquil para visitar a sus abuelos.
“A mi hijo lo confundieron. Estaba en una cancha jugando. Le dieron tres tiros, dos en el tórax y uno en la cabeza”, contó llorando.
Un testigo manifestó que la persona que detonó el arma en contra del joven se bajó de la moto, tomó su teléfono, se presume que vio una fotografía y luego fue directo al chico. “Lo correteó unos 100 metros hasta que cayó y se escucharon más de ocho tiros”, dijo.
Otro morador sostuvo que el muchacho mantenía una relación sentimental con una chica cuya expareja es miembro de una banda criminal.
En el Cristo del Consuelo
Estrangulado con la manga de una chompa
Con la manga de una chompa en el cuello fue encontrado la tarde del domingo dentro de su domicilio, ubicado en las calles A, entre la Octava y la Novena, en el sector Cristo del Consuelo, en el suroeste porteño, Wilson Javier Guillén Suárez, de 42 años.
El hallazgo lo hizo la hermana de la víctima. Ella indicó que Wilson Javier vivía solo y que estaba preocupada porque desde el sábado no lo había visto, ni contestaba.
Luego al ingresar al domicilio se percató que dentro del dormitorio estaba el cuerpo de su hermano. “Tenía manchas de sangre y una chompa amarrada en el cuello”, dijo la allegada.