“Descansa en paz, espérame ahí en donde ya no sientes dolor...”, estaba escrito en un cartel a la entrada del velorio de Geovanna, quien fue asesinada la madrugada del martes, en Santa Anita, sur de Quito.

Pocas horas duró la velación, la mañana de ayer. Nadie pudo ver el cuerpo de la víctima porque estaba prácticamente destrozado. En el informe de autopsia se determinó que la mujer, de 32 años, recibió 54 puñaladas, informó Miguel Ángel Pavón, uno de los abogados de la familia de la víctima.

En principio, los agentes de la Dirección de Muertes Violentas (Dinased) registraron dos heridas en el levantamiento del cadáver, pero la agresión fue mucho más violenta luego de que el sospechoso ingresara al domicilio forzando la puerta.

“Es un delito atroz. Se tomaron toda la noche para preparar el cuerpo en la funeraria por las heridas”, explicó Pavón.

Silencio...

Aproximadamente a las 22:30 del martes pasado concluyó la audiencia de formulación de cargos en la Unidad de Flagrancias en contra del detenido. Se le formularon cargos por femicidio y deberá cumplir prisión preventiva mientras dura la instrucción fiscal.

Según Pavón, el acusado se acogió al derecho al silencio y sus defensores habrían intentado apelar al uso del grillete. “Esto es demasiado grave para que reciba medidas sustitutivas”, cuestionó el abogado.

La Fiscalía informó además que se dispusieron medidas de protección para los cuatro hijos y los padres de la víctima. Así como tratamiento psicológico para la familia y la extensión de una boleta de auxilio a su favor.

Las pruebas

Durante la audiencia, el fiscal Mario Salazar presentó el parte policial de la aprehensión del procesado, el informe de cadena de custodia de los indicios encontrados en el sitio del crimen, entre los que constan un teléfono celular, una botella de vidrio vacía y varias prendas de vestir de la fallecida.

Así como el informe del levantamiento del cadáver, de la autopsia médico-legal, la denuncia realizada por el padre de la víctima y la boleta de auxilio emitida anteriormente a favor de la mujer, ya que las agresiones habrían sido constantes.

La defensa de la víctima además solicitará la revisión de las cámaras de seguridad de la zona, los testimonios anticipados de los menores de edad, quienes presenciaron el crimen y la búsqueda de un hombre que habría estado bebiendo con el sospechoso la noche de los hechos, quien se fugó.

Además de una fotografía que habría sido tomada por uno de los hijos de la víctima en su desesperación por pedir ayuda. “Le mandó a su tía”, agregó el abogado.

Mientras tanto Geovanna fue despedida por sus familiares en medio de la indignación y el reclamo de justicia.