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El vendedor ha ofrecido las más frescas frutas en el mercado Iñaquito durante poco más de 20 años.Karina Defas

Quito: Fausto Lagla y su amor por la venta de frutas tropicales

Este comerciante del mercado de Iñaquito es madrugador porque su misión es que sus clientes lleven fruta fresca para los desayunos

Por Miguel Ángel González

28 de octubre, 2024

Fausto Lagla tiene 48 años y, desde hace 20, vende frutas tropicales en el mercado Iñaquito, en el norte de la capital. No tiene empacho en decir que ofrece calidad en los productos, precios cómodos y, lo más importante, limpieza en su puesto, así como en el resto de este popular centro de abastos.

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Su local se especializa en una gran variedad de productos, como manzanas rojas y verdes, peras, duraznos y cocos. “Generalmente, los clientes prefieren las naranjas, las frutillas y la mora, que se utilizan mucho más para los jugos”, indica Lagla.

Este comerciante es madrugador; su negocio así lo requiere. Se levanta puntualmente a las 03:00 todos los días y se dirige desde su casa en Chillogallo hasta el Mercado Mayorista, en el sur, para abastecerse tanto de las frutas que se le terminan como de los productos más duraderos, que no se dañan fácilmente con el tiempo.

¿Cómo se organiza para vender?

“En el Mayorista, tengo que recorrer los sitios donde están los productos que necesito, y generalmente me toma de una hora y media a dos horas. Eso depende de si hay stock. De lo contrario, tengo que esperar o moverme a otro mercado”, cuenta.

Lagla llena el balde de su camioneta y recorre una hora más hasta su puesto. Abre su negocio desde las 07:00 y, luego, acomoda poco a poco la gran cantidad de frutas para sus clientes. “También traigo productos de la Costa, como los plátanos verdes, que son muy solicitados por los compradores”.

Este caserito explica que los cortes de energía lo han afectado, al igual que a sus compañeros, aunque también han impactado las ventas informales.

La frutilla es lo que más se vende y se termina más rápido.Karina Defas

Según el comerciante, hay personas que prefieren los comercios ambulantes para adquirir frutas. “Lo que el cliente debe entender es que nosotros ofrecemos mucha calidad y garantizamos lo que vendemos”.

El 'fruto' de su esfuerzo

Durante 25 años ha estado casado y, gracias a su esfuerzo, ha mantenido a su familia, compuesta por tres hijos de 24, 22 y 20 años, a quienes ha brindado educación.

Su hija mayor se graduó de la Universidad Central como profesora parvularia, su hijo está cursando el tercer semestre de Ingeniería Civil, y su hija menor se encuentra en un instituto formándose como paramédica. “El esfuerzo dio sus frutos y me siento muy orgulloso”, concluye.

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