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Familia
Varias familias viviendo en una sola casa, ¿es causa de problemas?
Si establecen límites y se llegan a acuerdos entre todos los integrantes, se puede vivir en paz. Pero si ya no aguanta, ahorre y ‘saquésela’. No hay casa pa' tanta gente.
Entras a la casa, ves a un niño, después a un adolescente, posterior a este desfile salen los padres, detrás vienen los abuelos y a ellos se unen los tíos. No, ellos no se reunieron por una fiesta, es su diario vivir familiar, pues en una misma vivienda residen todos.
Esta situación puede darse por varios motivos, como los económicos, no hay plata para ir a alquilar en otro lado. Lo cultural influye, algunas personas consideran mejor residir juntos, manifiesta la psicóloga clínica Eliana Rodríguez.
La psicóloga Fátima Álava menciona que también se debe hablar del conformismo, no plantearse un proyecto de vida y vivir de los recursos de otros.
El ‘pito’ real es que no se logren acuerdos de convivencia y no se fijen límites. “Esto hace que cada uno actúe como considere y puede pasar que alguien se ofenda por algo que al otro le parece normal”, dice Rodríguez.
“No se respeta al otro ni lo que tiene (sus cosas, su comida, etc.), ni existe la solidaridad (no se comparte lo que posee). Asimismo, en diferentes familias encontraremos al que menos hace y es el más consentido, al que trabaja desmedidamente y es el más reprendido. Esto dependerá de los padres o jefes del hogar. Sin ser dictadores, ellos son los llamados a poner límites y orden”, indica Álava.
Al verse afectada la privacidad, surge el estrés y podrían darse griteríos, amenazas, enemistades, agresiones verbales, físicas y psicológicas y más inconvenientes, concluye Álava.
¡No todo es pesadilla, hay beneficios!
Se puede llegar a un alto nivel emocional y psicológico en los diferentes miembros de la familia, señala Álava. Si viven con los abuelos, la convivencia con los niños será un aporte satisfactorio para ambos integrantes.
“Unos les sirven de compañía y los otros les ayudan a cuidarlos en su domicilio. Si acuerdan, pueden compartir gastos y colaborar en todo”, manifiesta la psicóloga.
EXTRAtips
1. La convivencia con límites es sana. Establezcan horarios, por ejemplo, para utilizar la cocina, el baño, la lavandería, en caso de que solo exista una sola para las diversas familias.
2. La comunicación es la base de toda relación. El otro no puede saber qué es lo que te fastidia o afecta, si no se lo dices. Cuando se dé el diálogo, hazlo con respeto, recuerda que son familia y que siempre se verán, en eventos y demás actividades. Ojo que en las conversaciones también sean considerados los menores de edad y los adultos mayores. Ellos también pueden presentar molestias.
3. Si ya no resistes, ahorra billete y ‘vuela’. Si crees que ya no soportas las diversas personalidades y la situación (bulla, no hay intimidad, abusos de confianza, etc.); lo mejor es que busques la manera de independizarte y salir de la vivienda. La distancia ayudará a conservar los vínculos de una manera más saludable.
4. Si cada uno tiene su cuarto, manténgalo cerrado. Si sale y no quiere que ningún pariente ingrese a su habitación, déjelo cerrado y llévese la llave. También respeta las cosas de los demás para que los otros hagan lo mismo con las tuyas.