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Esmeraldas: La posesión demoníaca de una joven y las almas atormentadas
Espíritus de personas asesinadas deambularían en búsqueda de justicia y paz. Además, se ha registrado un estremecedor caso en el sur de la urbe
El habitual silencio de un barrio del sur de Esmeraldas fue estremecido por un evento que ha desafiado cualquier explicación lógica y ha dejado a la comunidad entre el temor y el asombro. Todo comenzó cuando una adolescente, conocida por su alegría y vivacidad, comenzó a mostrar un comportamiento inusual. Sus ojos, una vez llenos de vida, empezaron a reflejar un vacío profundo y perturbador. Sigifredo Quiñónez, un devoto evangélico, fue testigo de esa transformación.
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Según él, no era simplemente una enfermedad o un trastorno lo que afligía a la muchacha, sino algo mucho más siniestro: una posesión de dos espíritus diabólicos. “Uno la defendía y otro la quería ahorcar, fue impresionante, algo más fuerte de lo que se ve en otras posesiones (...). Detrás de todo esto hay una historia de las muertes de unas personas”, asegura Quiñónez, quien ya tiene experiencia en estos casos.
Para él, todo se relacionaría con un crimen ocurrido hace un año a pocos metros de la vivienda de la joven. “Los espíritus se refirieron a la matanza a través de la chica y uno de los espíritus era de uno de los asesinados que había caído por la casa de ella”, agrega Quiñónez, quien siente que Dios lo utilizó para conocer esta situación, pese a no ser un santo y no tener un corazón puro.
El alma del hombre asesinado, según el pastor Jonathan Castillo, podría haber encontrado en ella un vehículo para su expresión. “Estos espíritus buscan manifestar algo, comunicar un mensaje o una verdad oculta”, argumenta. La batalla por liberar a la adolescente de la influencia de estos espíritus fue intensa. Reuniones de oración, rituales de exorcismo y una constante vigilancia espiritual se han convertido en el nuevo estilo de vida de su familia y vecinos, quienes sienten miedo.
Ecos del más allá
Algunos residentes, como Miguel Tello, hablan de presencias que vagan sin descanso en la zona. Para ellos, serían las almas de aquellos cuyas vidas fueron arrebatadas abruptamente por la violencia. Espíritus que, según cuentan, aún buscan justicia o tal vez solo paz. También habitantes afirman haber sentido la fría caricia de una mano invisible o escuchado pasos en habitaciones vacías. Otros hablan de encuentros con figuras y siluetas oscuras, que se desvanecen tan rápido como aparecen.
El pastor Nelson Carpio explica que él ha “sido testigo de cómo la violencia deja una huella imborrable, no solo en el corazón de los que sufren la pérdida, sino también en el lugar mismo donde ocurren tales tragedias. Es común escuchar entre los fieles que las almas de los asesinados no encuentran descanso, permaneciendo en los barrios que una vez llamaron hogar. Como pastor, creo que estas almas buscan ser escuchadas y anhelan la paz que solo la justicia divina puede brindarles”.
Entidades espirituales que buscan algo más
- “En muchas culturas, se considera que una muerte violenta impide que el espíritu realice su transición pacífica hacia el más allá, dejándolo atrapado en un limbo de recuerdos y anhelos no cumplidos”, asegura una espiritista esmeraldeña, quien por seguridad pidió la reserva de su identidad.
- De acuerdo a lo dicho por ella, familiares de las víctimas realizan rituales con la esperanza de apaciguar a estas almas y ayudarlas a encontrar la paz que merecen. Ellos creerían que estas prácticas pueden mitigar el sufrimiento de los espíritus y, tal vez, liberarlos de su condena eterna.
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