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Esmeraldas: ¡La ‘mata’ del terror!
Nueva jornada ‘caliente’ en calles y en cárcel de la Provincia Verde en rechazo al traslado de reos. Siete guías penitenciarios fueron liberados tras permanecer varias horas como rehenes.
El terror sigue instalado en Esmeraldas, sin que haya una solución radical a la ola de violencia y asesinatos que recrudece la psicosis y el miedo de la población. Tal como ha ocurrido en los últimos días, las calles de la ciudad lucen parcialmente vacías, solo la gente que acude a sus trabajos sale a las calles.
La mayoría de los esmeraldeños se ha autoconfinado debido a que ya no hay garantías ni para salir a la esquina.
Mayra Calvache vive a dos cuadras de la clínica del Instituto de Seguridad Social (IESS), donde la madrugada de este martes 1 de noviembre explotó un carro bomba. Ella y sus dos hijas dormían cuando a la 01:49 escucharon un estruendo que las despertó. Cuando se asomó a la ventana vio que un vehículo ardía en llamas.
“No se veía a nadie en la calle, pero enseguida se empezaron a escuchar sirenas por toda la ciudad, todo el vecindario se alarmó porque el estruendo fue fuerte, hizo cimbrar las ventadas. Todas sentimos miedo”, contó la mujer de 58 años.
Siete minutos antes de esa explosión, otro vehículo fue incinerado junto a una gasolinera ubicada en el redondel de la vía a los puentes, la cual conecta con el puerto de Esmeraldas. Un trabajador de dicha estación de servicio relató que un individuo abandonó un taxi y subió a un vehículo que lo esperaba a pocos metros.
“Todo fue muy rápido, cuando nos dimos cuenta fue de la exposición. Pensábamos que el carro estaba averiado y que se había incendiado por algún desperfecto, pero unos segundos después explotó fuerte”, contó el despachador de combustible que no se identificó por seguridad.
Pero eso no fue todo. En el sector denominado Potosí, dos sujetos vestidos de negro, con chompas y cascos, intentaron estallar un explosivo casero en una gasolinera y posteriormente dispararon hacia el sitio, donde se encontraron vainas percutidas en el piso.
Según informó la policía, los sospechosos escaparon hacia un lugar conocido como Mina de piedra, pero los uniformados no pudieron dar con su paradero.
Según reportes oficiales, en ninguno de estos tres acontecimientos se registraron pérdidas humanas, solo materiales.
Todo empezó en la cárcel
Según la cronología de los acontecimientos, unos 40 minutos antes de que estallaran los carros bomba en distintos sectores de Esmeraldas, los reos del Centro de Rehabilitación Social de esta ciudad salieron de sus celdas, quemaron colchones y tomaron como rehenes a ocho guías penitenciarios, quienes fueron liberados en la mañana con el asesoramiento de la Unidad Nacional de Investigación Antisecuestros y Extorsión (Unase).
Sin embargo, en los exteriores de la cárcel hubo un ambiente de aparente calma. Un grupo de militares resguardó el sitio.
De otro lado, a través de las redes sociales circularon videos en los que aparecen dos guías penitenciarios con explosivos colocados en el pecho, junto a un reo que habla en un video y dice: “Señor presidente (Guillermo Lasso) ya depure su gabinete, que es corrupto de ministros, a ese director del SNAI (Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad), el que se reunió con Fito y Junior en la Regional, el mismo que en un hotel de Manta recibió un millón de dólares en sus manos para vender el pabellón 8 y 9 (de la Penitenciaría). Ya basta de tanta corrupción. Si quieren guerra, la van a tener, les vamos a explotar a estos guías”.
Y añade: “A estos guías penitenciarios apenas ustedes se activen en el pabellón 8 y 9 nos activaremos con nuestros hermanos, ya que ustedes solo quieren estar en persecución contra nosotros, entonces les vamos a dar guerra. Señor presidente, cambie a ese gabinete corrupto, al director del SNAI, al señor Guillermo Rodríguez, al igual que a esa señora Claudia Garzón”.